miércoles, 30 de noviembre de 2011

CONSTRUYENDO MITOS. I HAD NO CHOICE

En 1972 Jefferson Spencer West publicó, en el número de noviembre de Poetry or DestructionI had no choice uno de esos poemas enigmáticos que persiguen a su autor por el resto de su vida, como le ocurriera al propio West.  I had no choice ha sido objeto de numerosas interpretaciones dado el halo misterioso que rodea a las nueve palabras que forman el único verso del poema


If someone spoke to him would cease to mourn


(Si alguien le dirigiese la palabra dejaría de llorar, en la traducción del chileno Marcelo Castro quien publicara la primera antología en español de la obra de Jeff West)

El poema ha sido interpretado desde diversas perspectivas. Atendiendo a la fecha de publicación hay quien entendió que se trataba de un alegato antibelicista (anti guerra de Vietnam) y quien llora es un soldado movilizado a su pesar. Hay quien quiere ver en el poema algo mucho más global y no tan local como la Guerra de Vietnam e interpreta el texto como la frustración ante las desigualdades del mundo lo que provoca el llanto y la necesidad de verbalizarlo, hacerlo visible, para que cese. Con el paso de los años, y de los intereses de la sociedad, el texto se interpretó como una denuncia de la violencia contra los niños, de hecho sirvió de eslogan a una campaña del gobierno estadounidense contra el maltrato infantil. A comienzos de los noventa, en los países de Europa del este, este verso se popularizó entre quienes pedían reformas políticas de participación ciudadana frente a los regímenes de corte soviético. Incluso, sectores próximos al Cristianismo lo han llegado a reivindicar interpretando que quien deja de llorar es el sujeto de la primera oración ese alguien que si hablase con otro (Jesús, según esta interpretación) cesaría su llanto. (algo totalmente descartable, por otro lado, puesto que West se manifestó a lo largo de su vida abiertamente contrario a cualquier manifestación religiosa) Mientras, el autor guardaba silencio, en las raras ocasiones que concedía una entrevista, sobre la verdadera intención del poema.
El pasado verano Jefferson Spencer West moría en su casa de Pasadena, California, a los 79 años. Unos meses después The Washington Post publicaba una carta que el propio West les había enviado a comienzos de los ochenta en la que, entre otras cosas aclaraba que en 1972 Vernon Fabiano, entonces editor de Poetry or Destruction le apremiaba para enviar su colaboración con la revista en un momento delicado para West, acababa de salir de una clínica de desintoxicación y no tenía nada preparado para Fabiano, con lo que le escribió lo primero que se le vino a la cabeza y lo tituló No tuve otra elección, (I had no choice) en clara alusión a las prisas del editor. Su sorpresa llegó cuando a los, por otra parte minoritarios, lectores de Poetry or Destruction les entusiasmó el poema y las discusiones futuras que generaría el texto. En 1981, West quiso aclarar la verdadera intención de su texto enviando una carta al Post, la carta que publican ahora, y que nunca vería la luz porque el responsable de la sección de Literatura del periódico le convenció de que I had no choice ya no era su poema sino los múltiples poemas en que se había convertido gracias  a las múltiples interpretaciones que surgían.

me encanta la anécdota y me sugiere que , muy posiblemente, la mayoría de las interpretaciones de los textos que leemos están alejadísimas de sus intenciones reales. Pero también, quién es el dueño de un poema??? (si es que acaso un poema tiene dueño) Es un texto de quien lo escribe o de quien lo lee??? Es más valida tu interpretación de un poema o la mía????

por otro lado siempre hay quien minimiza la poesía, la de West sobre todo, argumentando que eso lo puede escribir cualquiera,  aunque es evidente que I had no choice, con su compleja sencillez, lo escribió él y no tú.

la leyenda urbana asegura que el primer verso de esta canción de la también canadiense Alanis Morissette es un homenaje al poema de West, yo, personalmente, no me lo creo, pero ahí queda



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy de las que opina que la mayoría de las veces cuando intentamos analizar y destripar los poemas, realmente les estamos quitando las entrañas, destrozando y pierden en gran parte su esencia. La lírica es sentimiento y por supuesto que buscan la reflexión, pero la reflexión individual, cosa que se pierde una vez que se impone una interpretación, que muchas veces se convierten en convenciones. Por eso creo que debemos dejar esa destrucción intensiva y hacer con la poesía lo que se debe: sentirla y disfrutarla.

raulsanchezgarcia dijo...

En El Cartero y Pablo Neruda, el cartero le roba un poema a Neruda para seducir a una mujer y se defiende ante los reproches del poeta chileno diciendo que la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita. Yo suscribo esta teoría.

J. Oliva dijo...

Cómo se nota que eres universitaria, Natalia, qué bien te explicas. Coincido contigo en que la Poesía hay que sentirla más que intentar interpretarla. No te demores con tu blog que tus fans, aunque pocos, lo echamos de menos.

Me apunto lo de quela Poesía es de quien la necesita, qué bien traído Raúl!!!!! A ver si un día de estos veo, por fin, la peli, y nos vemos nosotros, ya de paso.

Gracias por los comentarios.