La crisis estalla con una bufanda que mamá se empeña en
apretar y subir hasta la boca porque hace frío y para colmo las manoplas y yo
que no puedo contener la risa viéndole así, embutido, lo que le enfada aún más
si mamá también se ríe y se quita una de las manoplas porque quiere coger el
cerdito de peluche y haz lo que quieras dice mamá dándole la espalda a lo que
responde ofreciéndole el cerdito mientras me busca con la mirada, no vaya a ser
que mamá se haya enfadado de verdad, y le saco la lengua momento de debilidad
que mamá aprovecha, como sólo las madres, para colocarle de nuevo la bufanda y
vuelta de nuevo aunque esta vez gana el otoño y menos mal que hoy no hay cole
porque ya habríamos llegado tardísimo, y si no hay cole para qué abrigarse
tanto, pregunto casi tan ingenuamente como lo haría él, que bastante tiene, a
lo que mamá responde amenazándome con la manopla izquierda que ya vuela una vez
más al suelo donde no sólo el cerdito sino Bob Esponja y las aventuras de Noddy,
una vaca de plástico, el resto de la granja repartido estratégicamente y Mickey
Mouse a la hora de Los Desayunos que casi relaciono con la victoria electoral más
que con el dvd girando a la misma velocidad con la que Nicolás corre hacia su
habitación riendo a gritos perseguido por mamá, la bufanda y todos esos brazos,
que luego son abrazos, que Mari guarda para momentos como éste y que siempre
terminan con una mirada de horror a la casa tan maravillosamente desordenada
que tenemos desde que Nicolás y un poco también desde que nosotros porque en la
escalera ya estamos provocando un nuevo juego y en la calle la crisis se cierra
cuando, definitivamente, la bufanda se desprende de su cuello y más gritos y más
carreras y hojas por el suelo y encontramos una flor despistada que todavía a
finales de noviembre, aunque se rompe en poquitos cuando mamá la deja en su
mano y me pregunto si sabría llorar como se llora cuando se
rompen las flores, como llora Nicolás mientras le subo hasta mi hombro.
Ya pasó, le digo muy despacio al oído.
1 comentario:
Jo qué mayor está! Da miedo.
...El Tiempo quiero decir, no el niño, ejem...
S.
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