DIOS ES UNA PARTE DE USTED MISMO

Uno de aquellos días a las puertas de la facultad había un tipo que repartía panfletos ultracristianos. Era un tipo que habitualmente se pasaba por nuestra facultad supongo que con la creencia de que los de letras somos más proclives al pecado o algo. El caso es que siempre tomábamos sus panfletos porque eran realmente graciosos y le llamábamos camarada y todo cuando intentábamos mantener una conversación que apenas duraba un par de minutos, a lo sumo, porque era un tipo realmente aburrido, de esos con el discurso aprendido y que no saben salir de él. Me estaba acordando del título de uno de esos panfletos que decía algo así como Dios es parte de usted mismo y de que nos pasamos un buen rato de aquella mañana bien intentando encontrar aquella parte (Dios es parte de usted mismo, en concreto el pie izquierdo, o Dios es parte de usted mismo, sí, esa parte en la que está pensando. Caramba! Esto era Twitter antes de Twitter!!!!) bien transformando la frase en algo dadaísta. ( Es verdad, casi nunca íbamos a clase, se aprendía mucho más haciendo estas paridas con algunos cafés entre manos) Y en esas, mira qué bonito:

esa parte de usted mismo que llama Dios en realidad es un mensaje de nuestros patrocinadores
 o
 usted no es parte de usted mismo
 o
 trato de olvidarme de esa parte de mismo (esta es la que escribí yo)


No sé porqué guardo estas cosas en una carpeta azul de gomas, ni sé por qué me da por sacarlas de vez en cuando, sobre todo los martes, esos martes en los que pretendo olvidarme de esa parte de mi mismo






y de la que nunca me olvido