Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.
Paulo Freire
Paulo Freire
Acabo de ver Uso mis manos, uso mis ideas (Colectivo Mascaró, 2003) emocionante documental que narra la experiencia de alfabetización de adultos en Villa Obrera, barrio deprimido del ya deprimido pueblito de Centenario, en la provincia de Neuquen, al oeste de Argentina. El documental combina imágenes de 1973 con los resultados en el siglo XXI de la labor que los educadores llevaron a cabo, de tal modo, que los propios protagonistas muestran cuáles fueron los logros que cosecharon con la iniciativa.
Sin embargo, el proyecto no consistió sencillamente en un proceso de alfabetización, sino que éste estaba planteado para transformar a la población analfabeta en ciudadanos responsables mediante el análisis crítico de la realidad. Se trataba de una pedagogía, llámala, militante si quieres, basada en los éxitos en materia educativa de la revolución cubana y en los planteamientos educativos del pedagogo brasileño Paulo Freire, quien, próximo a la Teología de la Liberación y a un cristianismo de base, planteba la necesidad de transformar la pedagogía tradicional, basada en un planteamiento vertical en la que el docente es la cúspide de un triángulo del conocimeinto, por una pedagogía horizontal, en la que todos los actores implicados en el proceso educativo participen en igualdad de condiciones, siendo conscientes de sus cometidos en el proceso.
Un tipo que tiene una tesis sobre el Indianismo Horizontal, como comprenderás, está completamente posicionado con esta Pedagogía de la libertad, como la llamó Neill, o con el carácter revolucionario que la Pedagogía contiene de forma intrínseca, como sugiere Illich.
Sin embargo, el proyecto no consistió sencillamente en un proceso de alfabetización, sino que éste estaba planteado para transformar a la población analfabeta en ciudadanos responsables mediante el análisis crítico de la realidad. Se trataba de una pedagogía, llámala, militante si quieres, basada en los éxitos en materia educativa de la revolución cubana y en los planteamientos educativos del pedagogo brasileño Paulo Freire, quien, próximo a la Teología de la Liberación y a un cristianismo de base, planteba la necesidad de transformar la pedagogía tradicional, basada en un planteamiento vertical en la que el docente es la cúspide de un triángulo del conocimeinto, por una pedagogía horizontal, en la que todos los actores implicados en el proceso educativo participen en igualdad de condiciones, siendo conscientes de sus cometidos en el proceso.
Un tipo que tiene una tesis sobre el Indianismo Horizontal, como comprenderás, está completamente posicionado con esta Pedagogía de la libertad, como la llamó Neill, o con el carácter revolucionario que la Pedagogía contiene de forma intrínseca, como sugiere Illich.
Sin embargo su aplicación con mis alumnos de este año me está costando mucho más de lo que me es habitual, supongo que porque es muy difícil acabar con los prejuicios y los saberes preconcebidos que algunos de mis alumnos evidencian sin ningún reparo, o, en la mayoría de los casos, porque resulta más difícil aún combatir la apatía de los post adolescentes de las generaciones del Gran Hermano. Pero, bueno, ahí vamos.
Mira, puedo incrustar (Incrustar? pero qué clase de verbo es ese?) el video directamnete en la entrada, asi que te sugiero que te quedes un ratito más en A veces llueve, de lo que te quedas habitualmente, y me cuentas.
aunque parece que no lo hice del todo bien, así que también puedes ir directamente a la fuente
http://video.google.com/videoplay?docid=-5772239458009258651##
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