viernes, 22 de octubre de 2010

LA ESCUELA DE ADULTOS

Llevo ya un mes en la escuela de adultos y no consigo adaptarme a sus reducidas dimensiones, pretensiones y esperanzas. Uno cree que la escuela de adultos es un lugar en el que viejecitos que no pudieron estudiar en su día acuden encantados a aprender y descubrir, o que cuarentones que abandonaron la escuela, y trabajan por la mañana, acuden para sacarse el título que en su día no alcanzaron, con el esfuerzo que supone compaginar trabajo y estudios...nada más lejos de la realidad. Doy clase a todos los grupos de secundaria, que son tres, y tengo una alumna de 66 años y otra de 75, tres o cuatro más son trabajadores de unos treinta y tantos, realmente muy interesados y con ganas (uno de ellos, por ejemplo, es jardinero y aspira a obtener el título de secundaria para presentarse a unas oposiciones), pero el resto de mis alumnos, una inmensa mayoría, tienen entre dieciocho y veintidos años, dos, incluso, son menores. Primera gran decepción de la escuela de adultos, para mí.
R. es un claro ejemplo del tipo de alumno de la escuela de adultos, empezó con doce años el instituto, a los dieciseis todavía estaba en 2º de ESO. Su centro le propuso para un PCPI (una formación profesional inicial) en el que empezó estudios de fontanería, por tres años, que no completó. Con diecinueve empieza la escuela de adultos en el primer nivel (equivalente a 1 y 2º de ESO) Este año, con veinte, repite este primer nivel (nunca pensé encontrarme con repetidores en la escuela de adultos, hay más de los que crees). Algo estaremos haciendo mal como sociedad si hemos generado un tipo con veinte años que NO HA HECHO ABSOLUTAMENTE NADA en su vida. Este tipo de alumno, cuentan los profes más veteranos, era una excepción hace unos ocho años, pero desde entonces la ecsuela de adultos se nutre de chicos que viven en casa de sus padres, se levantan a eso de las doce de la mañana, sobre las cinco van a la ecscuela de adultos hasta las nueve y el resto de la noche la pasan viendo la tele o enchufados a internet. No voy a entrar en las responsabilidades de los padres de estos tipos, que también es un tema interesante, la responsabilidad como sociedad, en definitiva, pero no os podéis imaginar la frustación que me produce un aula con semejantes alumnos. Sé que son casos excepcionales, que los chicos de veinte años, en general, no son así, pero estos son los que yo veo cada día.
Las clases son muy heterogéneas. Una minoría que quiere aprender, motivada; una mayoría que va a clase por obligación, desmotivada, y, en ocasiones, con claros problemas de aprendizaje. Hace años este tipo de alumno que fracasaba tan pronto encontraba un hueco en el mercado laboral como mozo, o como auxiliar de algo, ayudante de dependiente o echando una mano a sus padres, pero el mercado laboral no absorve ya a este tipo de empleado, y por otro lado, este tipo de alumno suele ser un adolescente problemático, o con problemas, que no es lo mismo, que no quiere trabajar y a los que sus padres no les supone ninguna autoridad.
Debo decir que, salvo excepciones, las clases se desarrollan con normalidad y respeto. Mis clases, ya sabéis, siempre dadas a la participación no se convierten en algarabías como ocurre en ocaiones con alumnos, digamos, normales y que aprueban y que sacan buenas notas. Sabemos que no es lo mismo tener quince años que dieciocho en cuanto al comportamiento. El problema que me surge en las clases es más un problema de idioma: hablo un idioma distinto al suyo. El curso pasado ya tuve problemas que no supe resolver con algunos alumnos de 1º de Bachillerato que no seguían mis clases, por falta de recursos por su parte, por falta de un esfuerzo por integrarlos, por la mía. Me limitaba a dar la clase para los que sí me seguían y me olvidé del resto, o como mucho, les sugerí la posibilidad de abandonar el bachillerato y empezar un ciclo formativo. Lo que dice muy poco de mi profesionalidad, seamos sinceros. Pues bien, esos alumnos de los que nos desacemos en el instuto, los que estamos deseando que cumplan los dieciséis para derivarlos a un PCPI, los que no me siguen y me daba igual, son mis alumnos de este año. Así que a mi frustación por la realidad personal de mis alumnos se suma que no puedo más que dar una visión muy muy muy muy superficial de los contenidos. Imaginate! Estamos con la Revolución Francesa y sólo pude decir que se trataba de un hecho muy importante...
He intentado el método de siempre y fue un fracaso absoluto, intento dar una clase de mínimos y está siendo un fracaso absoluto, y si bajo más las pretensiones terminaremos pintando mapas. Mis compañeros ya me advirtieron, Mari ya me advirtió, los alumnos más interesados ya me advirtieron, y yo no creí que tendrían razón. Esto es un fracaso, pero no hacemos nada por remediarlo. Asumimos que nuestros alumnos no dan más de sí y ya está. Que se saquen el título como sea y que vengan los siguientes.
Ante esto la administración está a la espera del fracaso definitivo de la escuela de adultos para privatizarla, aludiendo a ese mismo fracaso, pero no plantea alternativas que a mí, sinceramente, tampoco se me ocurren. Pero el debate, desde luego debe empezar por qué clase de sociedad estamos construyendo que generamos unos alumnos como estos, y debe continuar, por mi parte, con un qué clase de profesor elitista soy que no consigo entenderme con estos tipos.
Cuánto queda para acabar??? Ahora soy yo el que hace esta pregunta en clase.

9 comentarios:

RICKY dijo...

Escribo para dos cosas. Primero para decir que ya sé como poner mi nombre ahí arriba, después de meses o años ya.

Segundo para decirte que te envidio. Todos podemos influir en los demás en cualquier ámbito de la vida, simplemente con nuestro comportamiento, por consiguiente, (que diría tu amigo)aunque percibas que consigues poco la realidad es que consigues mucho, y que la clave para tratar a esos chavales de entre 19 y 22 años es utilizar mucho con ellos la palabra "mazo", que viene a ser
entre mucho y bastante.
POSDATA CON MALA LECHE: muy bien Carlos Suarez eh.

Alfonso dijo...

Esta sociedad es una sociedad resultista nos guste o no. Sacas un 6 en un examen, ganas 1000 € al mes, quedas el 125º en la oposicion, el PIB baja un 0,5%, Carlos Suarez mete 9 ptos. Todo lo hemos convertido en una competición y en las competiciones para que algunos ganen otros tienen que perder... Como cambiar esto???? Hace falta un punto de inflexión

Anónimo dijo...

Voto a favor de lo de "mazo". Creo que es la clave y/o solución a tus problemas :P

S.

P.s. En serio, date un tiempo.

VibiLeFleu dijo...

Yo no alcanzó a estos puntos, pero recuerdo un comentario, que ahora en mi cabeza es anonimo, pero que decia que el metodo de enseñanza era descartar a ciertas personas y desecharlas, como si nunca sirvieran para nada...
No se si será cierto o no, porque aún tengo la cabeza un poco loca en estos ambitos. Pero creo que todos pueden conseguir algo, que todos tienen algo que les hace conseguirlo.

No se, yo sigo mi pequeña batalla con las burlas cuando digo que quiero dedicar mi vida a las artes...

Un saludo

raulsanchezgarcia dijo...

¡Ánimo J.! Yo te echo de menos en el instituto y tus alumnos también. Lo que cuentas es duro y yo no creo en los milagros. Pero si alguien tiene que estar con esos chavales que están tan fuera de todo, tienen suerte de que seas tú, un profe comprometido que intenta estar "dentro" de la clase.

Partiendo de que no creo en los milagros, yo te propongo montar un aula virtual,si se meten en internet a lo mejor les enganchas por ahí y de paso aprendes tú a usar el recurso. Y para mantener tu "moral", échale un vistazo a "Mal de escuela"...
Un abrazo

J. Oliva dijo...

Me alegro de que la entrada haya sugerido algunos comentarios. Desde luego, por más frustante que resulte el objetivo, siempre lo es para mí, es educar ciudadanos responsables, con lo que los contenidos no me resultan tan imperiosos, pero necesitaba desahogarme. Gracias por los consejos.
Empiezo un curso sobre aula virtual en breve, en mi centro, pero no podré usar la aplicación, calculo, hasta el tercer trimestre, ya seguro el próximo curso. Yo también te echo de menos, Raúl, y los cafés de los lunes a segunda, en el prefabricado este no hay ni cafetería. Las chicas se pasan de vez en cuando y Daniela también, saluda al resto de mi parte.
Espero no haber sido el que dijera esa barbaridad, Vibi, recuerdo haber dicho que no todo el mundo está preparado para el bachillerato o para la universidad pero no para dejar de aprender cosas. Tú tienes una motivación, sigue con ella, estos chicos no tienen ninguna, es el problema, Alfonso, no tanto que se les compare con otros, o que sólo queramos resultados, son producto de una apatía que ni Ricky y toda la ironía que pueda echarle podrían entender.
Gracias por los comentarios.

Daniela dijo...

Comento aqui que veo que se me nombra!!
pues si, la verdad es que se te echa mucho de menos y por lo que cuentas, no tiene que ser muy agradable dar la clase en esas "condiciones" por llamarlas algo. Creo que hace tiempo te dije que seguramente seria mejor una escuela de adultos, ilusa de mi, pensaba que era una escuela a las que van las personas que no han podido sacarse el graduado en su tiempo y ahora lo cojen con ganas de nuevo, pero veo que estaba equivocada... Solo me queda decirte que espero que te sea leve y que al final, enseñar algo a esas dos personas mayores por lo menos te reconforte algo, porque si hay algo que me gusta en la vida (aunque no lo parezca) es ayudar a una persona mayor a algo, te lo agradecen con un algo especial que no se porqué, me gusta más que del resto del mundo.
No me enrollo más, espero poder pasarme a leer más a menudo! un saludo

Anónimo dijo...

Julio, lo primero decirte que hace poco tiempo que sigo tu blog y de vez en cuando me anima ver como expesas tus ideas, yo por mi parte opino que el gobierno de la Comunidad de Madrid deberia de dejar de intentar estropear el estado de bienestar al que hemos logrado llegar con mucho esfuerzo, lo que intenta hacer con la sanidad y ahora con la educación es a indignante y también me planteo que sera de mi fturo y del futuro de mi generación y de las que nos siguen, en un país en el que existen personas como algunos de tus alumnos de la escuela de adultos, pertenecientes a la generación NI-NI que no se plantean un futuro más allá...
Y para terminar mi crítica he de decir que temo por el futuro de un país, en el que cuanto más preparado estas menos posibilidades tienes de obtener un puesto de trabajo o un sueldo decente.

Posdata: soy una ex-alumna tuya xP

J. Oliva dijo...

Daniela supongo que con escuela de adultos nos referíamos a la universidad, el año pasado ya había adultos en tu clase y estos que yo tengo lo son por edad más que por otra cosa. Aún así dar clase siempre me ha gustado, el problema soy yo no ellos, están encantados, pero yo tengo que reducir tanto los contenidos que no estoy nada cómodo.
Hola ex-alumna, podrías poner tu nombre y así sé quién eres, me alegro de que "de vez en cuando" te guste el blog :p y de que te preocupen algunas cosas, es el primer paso. No creo que cuanto más preparado estás menos posibilidades tienes, es al contrario, pero no lo parece porque como sociedad no lo valoramos. El futuro depende de vosotros, lo construiréis como queráis, a nosotros se nos está dando fatal, pero hay tiempo de arreglarlo.