martes, 19 de octubre de 2010

REVISITED. CANCIONES DE OTRO.

Se me ha metido en la cabeza, como un dolor, como un examen, como esas cosas que se meten en la cabeza, un agujero en forma de reloj pulsera a medio desvestir, en forma de dolor de cabeza que no me deja más que recitar la tabla del siete y brindar por el portero del Athletic de Bilbao en orden alterno: ahora brindo, ahora tabla del siete. Digo, que se me ha metido en la cabeza de forma literal, posiblemente aprovechando un descuido de pulmonía on the rocks, por el ojo derecho de Madame Josset, directamente al lugar en el que guardaba



un inmenso te quiero que se me ha ido desplazando hacia el tumor que ocupa el pasaporte que hace las veces de corazón interino, de vaso en el ocaso de Park Avenue, del día en que sumamos al sofá un cuentagotas de horas impares para poder escuchar a




tentamente, como se escuchan las oraciones simples o las reflexivas,
-¿así que, ahora, escribís y todo?- Dice Torrellas, obviamente insistiendo en el error de cometer errores.
-Todo lo que tenía que escribir ya lo escribiste vos antes- Le responde sin la menor importancia, a lo que añado que casi hubiese sido mejor arrastrar el lunes al noveno que el noveno al lunes, que nos viene grande y, además, es martes, (recalco esto con un ademán de la mano izquierda que abarca a todo el martes pero bien podría a toda la semana, no sin, la) indiferencia a la que Torrellas se abraza como una necesidad demográfica




con la (¡imperiosa?) necesidad, a su vez, de que hoy mismo, en este preciso instante, aparezca, entre pipas y parque y esas cosas rosa, aunque eso ya es otra historia, de Inglaterra o, no sé, pero como casi siempre hacía falta un contexto espacio-cronológico, pensé, o más bien creí pensar, que podría desplazar el corazón un poquito más a la izquierda dejando hueco a esta mañana en que me he levantado temprano, y ya casi no me acordaba, mientras me venía un terrible dolor de Jaume Sisa
porque, realmente, yo siempre quise ser Jaume Sisa. Pero no.

Nota: seguro pensabas que las canciones que intercalan, interrumpen más bien, eran de Sabina o de Serrat o de Plá, pero no, ya ves.

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