jueves, 12 de febrero de 2009

CORTÁZAR EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

Es una rara costumbre, lo sé, incluso incomprensible, pero mientras el resto observa la casa y qué bien conjuntadas las cortinas, exquisito sofá tres piezas, pero cómo, tan barato, o fijate en el televisor, 28 pulgadas, 28!!!! y sonido surround y vistas a la sierra, no podría vivir sin… yo me detengo, cada vez que algún amigo nos enseña su casa (por suerte no es muy a menudo, pero Mari, tan civilizada…) ante los libros que nuestros conocidos acumulan, con un extraño criterio (es que no tengo tiempo, pero sí una televisión surround. Sí!!!! Ya te dije que pantalla extraplana y…?) Así, refugiados, como sin molestar, en alguna repisita, El Quijote, por supuesto, o el diccionario Espasa de la Lengua, por el pequeño, ya sabés. Uno muy gordo de Ken Follet, si querés te lo presto, total, el hueco se puede rellenar con una macetita o algo, casi que no, por favor, la simetría, no podés romper la simetría. Otros tres ordenados por colores, por tamaños, a veces Galdós, lo mandaron en secundaría, recordás, desde entonces… ¿tú lo acabaste?, a mí me sacás de Agatha Crhistie y me pierdo. Elenita sí, se acabó El niño del pijama de rallas y ahora está con Ruíz Zafón, ella sí que es una gran lectora, ya la conocés…

Claro!!!, y se aprende, créeme que se aprende de uno echando un vistazo a su biblioteca. De ahí que si podéis, visitad la Fundación Juan March en donde se expone la biblioteca personal de Julio Cortázar, que su viuda y heredera Aurora Bernárdez donara en 1993. En ella podemos encontrar más de 4300 volúmenes que el autor recopilaba en su casa parisina en el momento de su muerte, hace hoy exactamente 25 años. Los autores que inspiraron una obra ya eterna se dan cita, ante nuestros ojos, mezclados con revistas, reseñas bibliográficas o cartas entre las que se encuentra la correspondencia que Cortázar mantuvo con un jovencísimo Ernesto Sábato a quien aconseja y admira.
Primeras ediciones, versiones en diferentes idiomas de una misma obra, libros autografiados y dedicados por sus autores, una auténtica delicia para los tipos raros como yo que creemos que somos lo que leemos, y lo que no leemos también.

No hay comentarios: