Siempre me ha impresionado cómo los fotógrafos son capaces de visualizar una fotografía mucho antes de disparar sus cámaras. Mientras para los profanos nos pasan inadvertidos cientos de detalles cada día, aquellos dotados con el ojo fotográfico son capaces de percibir una composición mucho más completa, aclaratoria, bella, si quieres, que la que cualquiera de nosotros sería capaz de construir aún fotografiando un mismo objetivo.
No hablo ya de encuadres imposibles o calidad de imagen o del tratamiento posterior de la misma, hablo de una imagen, a priori sencilla, convertida en una obra de arte.
Cierto que siempre buscamos imágenes impactantes, arriesgadas, novedosas, y que a la fotografía, (cómo llamarlo?) realista? le dimos, en ocasiones, de lado. Sin embargo, esa pericia a la hora de enfocar, de saber colocar la cámara, de buscar los detalles inadvertidos suponen toda una lección, que se convierte en magistral, en el caso de Walker Evans, con cuya obra podéis disfrutar desde el pasado viernes en la Fundación Mapfre.
La mayoría de las fotografías que recordáis sobre la Gran Depresión, fueron tomadas por Evans (también es curioso que justo ahora, en que eso que llamamos crisis campea por cualquier foro la Fundación Mapfre nos recuerde la Gran Depresión)
quien, además, retrató la sociedad estadounidense con gran acierto hasta los años setenta del siglo pasado. La desmitificación del Sueño Americano queda patente en una serie de imágenes que pretenden evidenciar las consecuencias de la exclusión social que también conlleva la aplicación del capitalismo sin control alguno.
Pasaos por allí y ya me contáis. Os gustará seguro.
2 comentarios:
Pollo!
Perdona la implosión. Ya he visto que has puesto la recomendación, pero en la imagen sale otro libro, no?
;)
Anda!!! Pues es verdad. Ya está corregido, espero que alguien se lo lea y nos lo cuente... Yo al menos pienso buscarlo por ahí.
Publicar un comentario