viernes, 4 de diciembre de 2009

PREDICAR EN EL DESIERTO

A veces, en clase, me siento como Anguita (Joder, Julito!!! Pelín pretencioso, no?) No, en serio. Por profesor de Historia, supongo, pero, sobre todo, por predicar en el desierto. Después de una semana de estudiar el imperialismo, hoy he dedicado la clase a soltar un discurso sobre las consecuencias del imperialismo, el racismo que hay detrás (hemos leído varios textos de Chamberlain o de Kipling que venían en el libro) la destrucción cultural que implica en todos los casos, las falsas conciencias paternalistas que lo disculpan con un "les enseñamos cosas que desconocían". Esa misma postura paternalista (amén del racismo, de la destrucción cultural) podemos encontrarla ahora, les decía, en muchísimas situaciones que no definimos como imperialistas y que no dejan de ser engañosas. Me he acordado de esa anécdota de las elecciones del 64 en Chile, recuerdas? te lo he contado varias veces, (cuando murió Pinochet, por ejemplo) En un cartel electoral de la Democraciacristiana se leía "Con Frei, los niños pobres tendrán zapatos." Bajo el cartel alguien había escrito: "Con Allende, no habrá niños pobres." La primera postura pretende solucionar un problema concreto, la segunda un problema estructural.

Hemos tenido esta conversación montones de veces, y, realmente, hoy también te estaba hablando hablándole a mis alumnos. Mientras tú, tan pragmática, yo con palabras enormes (que me vienen grandes, incluso) mientras tú tan cristianamente paternalista, yo tan marxistamente empecinado en las transformaciones grandilocuentes de la sociedad en la que... entonces, Andrea me ha preguntado la horrible pregunta que ningún profesor quiere escuchar nunca: "Pero, ¿esto hay que copiarlo?" Esto hay que sentirlo, Andrea, debería haberle dicho en lugar de no, no te preocupes que ya acabo.

Es lo que pasa por vivir todavía en el siglo XX.

Menos mal que luego he ido a 3ºB donde mis chicas me esperaban con este fantástico dibujo.




Y es que a veces salgo de clase un tanto frustado. Pero se me olvida en seguida. Y al día siguiente les vuelvo con el mismo rollo de siempre. Ya me conoces; es vocación.

Buen finde.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si yo te hago también un dibujo ¿me apruebas? jejeje

J. Oliva dijo...

Bueno, teniendo en cuenta que, como no firmas no sé quién eres... con todo las dos chicas que hicieron el dibujo suspendieron luego no es condición sine quanon.

Daniela dijo...

Soy tu alumna más favorita de todas!!!! no es broma, soy la tonta esa de 1º B que se sienta en la primera fila al lado de otra tonta con gafas. Pero que sepas que yo te haría un dibuja más currado, repasado con rotuladores y bien coloreado.