miércoles, 25 de febrero de 2009

ECONOMIZANDO

Para Eva, que nos hablaba de Economía, Ducados y cerveza

En ocasiones el liberalismo económico me recuerda al sistema operativo de Microsoft: unos argumentos muy sencillos convierten a cualquier imbécil en un experto. El axioma: Un servicio se presta a cambio de un pago, cualquier otra relación es injusta. Un ejemplo: si necesito una camisa acudo a una tienda, pago por ella, y me la llevo, es más si no necesito una camisa no acudo a una tienda, ni pago por ella, más aún, si acudo a una tienda pero NO compro una camisa, y aún así el dependiente pretende cobrarme el 10% de la camisa que se lleva otro cliente, nos parecería una situación ridícula, e incluso injusta. ¿Por qué tengo que pagar por algo que no necesito? Lógica aplastante.

Extrapolemos: Si yo no tengo hijos en edad escolar, por qué tengo que pagar la educación de los hijos de otro? Si yo no tengo cáncer por qué tengo que pagar el tratamiento para que se cure otro? Si yo no viajo en autobús por qué tengo que pagar el autobús del que se beneficia otro? Quien necesite un servicio que lo pague, no? Cualquier otro tipo de relación, no es injusta?

Pensemos: (caramba, con lo fácil que era esto, ahora hay qué pensar?) En el liberalismo económico prima el individuo sobre el colectivo, pero no se plantea qué ocurre con los que no puedan pagar un servicio, ni tan siquiera por qué no pueden pagarlo, (en todo caso, self made man, argumenta que todos tenemos las mismas oportunidades porque democracia y libertad y esas cosas que siempre esgrimen los liberales) de ahí las propuestas de reducir impuestos de los políticos liberales (si no pagásemos impuestos todo el mundo tendría más dinero y podría costearse cualquier servicio) Impuestos que se destinan a educación, sanidad, infraestructuras, seguridad, que garantizan el bien común, no el de unos pocos.

Sigamos pensando: sin impuestos estos servicios quedan en manos de empresas privadas cuyo interés no es el bien común sino el suyo propio y sin beneficio la empresa cierra y el servicio no se presta. (Si la gestión de un hospital, por ejemplo, recae en una empresa privada, que decide que el negocio no es rentable, cierra el hospital y punto, sin importarle los pacientes que se quedan sin cobertura, a esto se le llama libertad de mercado.) Puesto que los seres humanos lo somos porque existen los demás, y la solidaridad y cooperación nos define, entre otras cosas, como especie, parece absurdo primar el individuo frente al colectivo, lo que no implica la disolución de aquel en éste.

Un ejemplo: En la Comunidad de Madrid gobierna desde hace años, décadas incluso, un partido que se define abiertamente liberal, y apuesta por políticas económicas liberales, siempre gana con mayorías absolutísimas con lo que los ciudadanos de Madrid deben estar de acuerdo con el axioma un servicio se presta a cambio de un pago, cualquier otra relación es injusta, y supongo que todos los madrileños podrán pagar los servicios que necesitan porque, siguiendo con la lógica aplastante, ¿no resultaría estúpido votar por un partido contrario a tus intereses?

Concluyendo: los sindicatos mayoritarios del ámbito educativo han convocado en la Comunidad de Madrid una jornada de huelga el próximo 25 de marzo, (precedida de varios actos informativos y reivindicativos, que ya comenzaron la pasada semana y de la que os hablaré más adelante), para defender la educación pública, frente al modelo propuesto por la Comunidad caracterizado por la progresiva privatización de los servicios. Ya os anticipo el fracaso de la huelga, en primer lugar por la manifiesta adhesión de los madrileños por el liberalismo económico del PP, en segundo lugar porque un día de huelga no sirve para nada sin acciones continuadas, por ejemplo varios paros durante varias semanas para concienciar también a los padres sería más efectivo, tercero porque los padres no se conciencian, creen que los profesores ya tienen bastantes con dos meses de vacaciones y un buen sueldo como para que encima se pongan en huelga, y no entienden que la huelga es en defensa de un modelo educativo que demanda una educación para todos y no para quien pueda pagarla.

Con todo, seguiré contándoos algo más sobre la huelga en los días próximos, por si os topáis con algún madrileño experto en liberalismo económico.

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