vasos rotos, esas veces...

Un@ - …debió ser 1985. ¿Has estado alguna vez…?
Otr@ - Es como un vaso que se rompe.
Un@ - ¿Qué?
Otr@ - Como un vaso que se rompe, ¿No lo oyes?
Un@ - (escuchando) No, no oigo nada… ( volviendo a escuchar. Se oye, dentro, una puerta cerrándose de golpe). Es una puerta que se cierra.
Otr@ - Tanto da, aunque prefiero un vaso que se rompe.
Un@ - (sarcástico) ¿Por qué? ¿Por la musicalidad? Ya sé, Raúl y el Prigioni ese del concierto de anoche.
Otr@ - ¿Por qué no viniste?
Un@ - Ya te lo dije, además, ¿Hubiese sido distinto? ¿Habría tocado mejor los contraaltos o eso del Arco Iris que siempre dices? No creo que Prigioni notase mi ausencia. ¿Hubiera cambiado algo si hubiese ido?
Otr@ - No, probablemente no.
Un@ - ¿Te hubieses sentado entre Raúl y yo? ¿Habrías aplaudido así, sólo con las yemas de los dedos y sonriendo como…? ¿A quién hubieses sonreído primero? ¿A Raúl o a mí? ¿Te hubieses sentado entre Raúl y yo?
Otr@ - ¿Estoy entre Raúl y tú?
Un@ - ¿Lo estuviste anoche, en el concierto? (suena, otra vez, la puerta cerrándose de golpe) ¿Otro vaso?
Otr@ - Debe ser el mismo. ¿No tienes frío?
Un@ - No, estoy bien.
Otr@ - Por las noches, ¿no tienes frío?
Un@ - No. De todos modos ya puse una manta. ¿Tú pasas frío? Creí que aquí ya habían encendido la caldera.
Otr@ - A eso me refiero.
Un@ - No te entiendo.
Otr@ - No pretendo que me entiendas, sólo que me escuches. Anoche fui a casa de Raúl.
Un@ - ¿Después del concierto?
Otr@ - Durante el concierto.