viernes, 17 de enero de 2014

ME HE TROPEZADO POR MIRAR AL CIEGO

Carreras, bomberos arrestados, policias aporreando ancianos, Raúl reconoce cada vez menos este país al que vuelve un par de semanas al año, hoy con Gelman en la portada del periódico y Quadrophenia, una revista del D.F., que nos regala luego de los besos y unas cervezas anotadas por el camarero a disgusto porque Raúl pide alguna marca minoritaria, de esas que sólo él, y que por supuesto no tienen. En Quadrophenia, lo pronuncia con ese acento mexicano que se le está quedando y que me hace tanta gracia, estoy a punto de hacer un chiste pero ella me roza por debajo de la mesa, en lo que creí un gesto erótico y que sin embargo se convierte en una patada, en Quadrophenia, digo, hay una entrevista a un pintor, otra a no sé quién más, y una cita de Jeff West (pone Jefferson West) que por eso nos la trae. Me enternece que, tan siglo XX, siga prefiriendo un recorte de prensa al e-book en el que ella almacena tantos títulos que no leerá nunca y que ahora Raúl maneja como si de un objeto extraterrestre y en el fondo lo es, le confieso, porque yo tampoco ni idea, y sale uno de Galdós. Es que viene por defecto, se disculpa quitándoselo de las manos y guardándolo otra vez en el bolso, sobre la falda. Siempre pensé que Galdós era defectuoso, apostillo en el Miau! que es donde hemos quedado con Raúl, y posiblemente el mejor lugar para apostillar sobre Galdós. Total que Jeff West en Quadrophenia y una de esas frases con toda la apariencia de inocuidad pero que en verdad algo así como las miradas que, de vez en cuando, se lanzan y que por suerte terminan chocándose en las jarras, de nuevo vacías, y camarero, por favor, otras tres que aún no le hemos cogido la perspectiva republicana a la calle Príncipe. A lo que el camarero nos mira como a los imbéciles que debemos parecer con acento mexicano, irlandés y catalán, y una revista llamada Quadrophenia en la que Jefferson West junto a un anuncio de tabaco, que en México todavía fuman y como Raúl también salen, comparten el mechero, se les vuela el pelo como si alguien hubiera abierto otra vez la puerta, ríen, le pone la mano en el hombro, vuelven a reir. De vez en cuando ella mira hacia el interior donde yo fingiendo que Quadrophenia aunque ella sabe y yo sé que sabe y Raúl, hablando de cosas sin importancia, seguro que sabe también. Así que cuando vuelven, y después de repasar que Mesoamérica, que Antropología, que ¿te acuerdas de aquella profesora? Nos dan las doce y veinte y ya vamos teniendo una edad y frío y Raúl que viene a ver a sus padres mañana marcha al pueblito y necesita dormir porque el jet lag y nosotros que también nos vamos, remoloneando, un abrazo grande, un beso pequeño.
Camino de Sevilla le vemos alejarse hacia Atocha mientras ella saca el móvil, llama a su novio italiano, le dice te quiero y cuelga y me mira como si estuviese a punto de llorar.

Bueno, y al final qué ponía en la frase esa de Jeff West?







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