lunes, 17 de junio de 2013

Los Pajaritos en un acordeón desafinado, una niña que ríe en un carrito demasiado pequeño para ella, la novia que se enfada, el novio que pide perdón y no deja de mirar la minifalda que hace equilibrios para sostenerse junto a las puertas en donde también la corbata de quien dice con este calor en respuesta a la madre que esconde el bolso en su pecho para que pase, va a salir en la siguiente? No, uno con auriculares a un volumen casi grotesco que puedo adivinar Neil Young antes de pedir perdón, alzando la mano izquierda, a una señora que piso al intentar llegar a un asiento vacío que ahora ocupa una bonita estudiante con la carpeta decorada de hello kitty y pegatinas antinuclear que le sirve para hablar del gobierno a su abuelo con otro que, a su lado, asiente y tose y mira para otro lado...

estoy leyendo La Niña del pelo raro, me está encantando, como antes me encantó L'escombra del sistema. es el anticipo para la broma infinita con la que nunca me he atrevido y quizá este verano haya llegado el momento, lectura que seguro que lleva los próximos cinco o seis años...

cualquier párrafo así recuerda a




 verdad?


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.

J. Oliva dijo...

??????

rosicler dijo...

el trasporte público un disparadero para escritores con alma de detective salvaje

J. Oliva dijo...

sin duda, en mi caso un reiteración tras otra. El párrafo que inicia la entrada es casi un ejercicio, deberes que me pongo para no perder la costumbre, estoy escribiendo textos más largos últimamente que no caben en el blog