jueves, 13 de junio de 2013



 Te dije: existo porque tú me miras


de las heridas el tiempo pálido en la cicatriz que recorre despacito con el dedo cuando te desabrocha. Fuera, los edicificios emblandecen hasta desaparecer si cierras los ojos, y pregunta, y prefieres ya no me acuerdo, enredando los dedos en su pelo, mirándolo a los ojos, mordiendo su labio inferior cuando se acerca y sabes que es mejor despertar de su lado que soñar del lado de acá mientras te dibuja con los labios como yo te he dibujado en palabras

y ninguna de las dos eres tú




8 comentarios:

Anónimo dijo...

languidecer sin callejón ni corbata floreada en campo de fabricas huérfanas promiscuas o palindromas no tiene porqué ser o no ser, sino tresporcuatrodieciseis

J. Oliva dijo...

jajaja, vale, lo he pillado, pero, en serio, dice más cosas de las que crees, y además, queda bonito...no?

Anónimo dijo...

la cuestión no es cogerlo en el abanico. Los platos fríos mejor de puntillas. Otra cosa distinta puede ser tu además antes de un queda y de un bonito

J. Oliva dijo...

de nuevo el tiempo como redención, la dualidad estilo/fondo como si fueran un Jano bifronte y todo eso, nos ponemos d epun tillas y no llegamos, Ricky, pero ahí vamos, por si acaso

rosicler dijo...

bravo,os ha quedado muy bien. Mañana volveré a por más

J. Oliva dijo...

hubo un tiempo en que escribíamos poemas juntos, cada uno un verso, nos salían rematadamente mal... a ver si da la cara y lo corrobora...
gracias por seguir ahí Ramón

rosicler dijo...

si os salían tan mal por qué no lo intentáis de nuevo aquí mismo.
De nada Julio

J. Oliva dijo...

Pues por eso mismo, Ramón. Aunque ahora que lo dices...los escribamos algo juntos es más o menos lo mismo.