ESCRIBAMOS ALGO JUNTOS (III)

Tercera edición del escribamos algo juntos con la novedad de que en esta ocasión la propuesta resultaba más pública que en las anteriores porque no sólo yo le dediqué una entrada en el blog si no que algunos de vosotros difundisteis el juego vía Twitter o en vuestros propios blogs, lo que os agradezco de veras. La idea era que participásemos cuantos más mejor aunque, en fin, nuestro poder de convocatotria deja bastante que desear. Con todo, hemos superado nuestro techo y en esta ocasión hasta nueve de vosotros habéis querido jugar conmigo, lo que siempre es de agradecer. y tú que lo digas, Ricky,  Vibi Lefleu y Edu, incondicionales como siempre, participaron por tercera vez. A ellos se añadían, de nuevo, Natalia, quien además aporta la banda sonora, Pelirroja, y Raúl. Por último, se apuntaban a jugar con nosotros Edu García y Victoria Dubrovnik en lo que espero sea sólo el comienzo de numerosas colaboraciones más.

Os recomiendo activar el video mientras lo leéis

y mientras las burbujas se escapan hacia ese sol preocupado 

me hundo en un sueño despierto.

No tardará, seguro que no tardará. O al menos eso quiero pensar. Si los acordes de una guitarra rota hace años te hicieron perder la cabeza en este atardecer quizás no sea buen momento para volverse a enamorar. Quizás y solo quizás las estrellas te dirán cuantos versos han borrado las olas de este mar de colores, colores ciegos. No tardará, seguro que no tardará. Hay algo en tu sonrisa que me encanta, que me lleva a la caída en lo mas profundo de tu mar mientras el sol hace noche en el alféizar de la ventana preguntándose si alguna vez fue cierto este día, estos ojos cerrados. Pero sí, es cierto, mis ojos están cerrados porque estoy muerto esperando una última visita que consiga iluminar los resquicios de esta soledad apaciguada que clama al desconcierto. Ellos no saben a qué juegan los pájaros, si te lleva el mar a su destino.  
No tardará, seguro que no tardará. El viento, como pequeños islotes de sueños, supura el dolor de tu ausencia alejándose cuando donde quiere estar es aquí, aún, sabiendo que la realidad robó ya este momento, si es que acaso existió. Y entonces llegas tú, tan inesperada como siempre, tan a última hora como siempre, con ojos de sonrisa y labios de atardecer... o al menos eso quiero pensar.



No sé cómo lo hacéis pero siempre queda genial, y eso que reconozco en esta ocasión mis frases no eran demasiado buenas. Sin embargo, entre todos, hemos conseguido hilvanar una suerte de última espera (esperando a la muerte, tal vez?) de espera infinita, que Mari interpreta como algo símbólico (esperando un amor, por ejemplo) más que esperando la muerte. No sé, lo divertido es que cada cual puede abstrarse y concluir como quiera, como le sugieran nuestros textos, que ya casi se han convertido en tradición en A veces llueve.


Muchas gracias a todos por jugar. 

Os espero en la siguiente.