En el epílogo de Las bicicletas son para el verano de Fernán Gómez, Luis y Don Luis mantienen el siguiente diálogo en un Madrid destrozado por la Guerra Civil que acaba de terminar:
Luis- Hay que ver…con lo contenta que estaba mamá porque había llegado la paz…
Don Luis- Pero no ha llegado la paz, Luisito, ha llegado la victoria.
No voy a insistir en evidencias. Tras la guerra, que concluyó hace hoy 70 años, llegó el exilio, la represión, la oscuridad intelectual, el terrorismo de estado. Durante la transición se intentó construir una realidad en la que todos fueron víctimas de la guerra, pero no es cierto, hubo unos claros vencedores y unos evidentes derrotados. Tras la guerra llegó la victoria.
Parece que 70 años es mucho tiempo y sin embargo aún quedan familiares buscando a sus antepasados desaparecidos, represaliados solicitando la rectificación de condenas injustas, textos de supuestos expertos negando la evidencia, calificando a la dictadura que sobrevino tras la guerra de régimen cercano a la democracia cristiana, voces que claman por el olvido como hace el avestruz ante las dificultades.
Somos, también, nuestro pasado, de ahí la necesidad de no perder la memoria, de recordar que hace hoy 70 años, y el año que viene 71, y el siguiente 72…
Más allá de los múltiples matices hostóricos que permite la alocución resulta realmente emotivo escuchar a Pau Casals en la sede de la ONU, presentando el himno de Naciones Unidas, y emocionándose tras gritar un rotundo y reiterado No a las Guerras.
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