viernes, 1 de marzo de 2013

YOU HAVE RIGHT TO BE STUPID

Hay una estantería en el hall de mi escuelita, junto a la puerta de la biblioteca, en la que hay libros disponibles para aquel que quiera quedarse con alguno. Son libros que los mismos alumnos dejan o toman en una especie de intercambio anónimo en donde es posible encontrar novelitas tontas de detectives o de desamor o de autoayuda o de ciencia ficción. Sin embargo ayer me llevé una sorpresa cuando también apareció el tochazo que es la Historia de la guerra del Peloponeso de Tucídides en una edición de 1975 a cargo de una editorial catalana de la que no habia oido hablar nunca: Editorial Juventud. Tomé el libro, que ahora está aquí al lado del portátil, con cierto remordimiento no porque esos libro sean por y para los alumnos, que no lo son, nosotros también podemos ser usuarios de la idea, sino porque creo que el libro debería formar parte de los fondos del centro y así se lo comenté a la profe que lleva la biblioteca quien me confesó que mejor me lo quedase porque los alumnos, a priori, no van a utilizar el libro en la vida. Cierto que un friki como yo, hace unos días mantenía un interesantísimo intercambio de correos con Natalia a propósito de Pericles, ya ves, podría sacarle más partido al libro, más aún cuando siempre cito esa frase de Tucídides que seguro ya te sabes de memoria, pero no me gusta la presunción de dejadez que a veces asumimos sobre nuestros alumnos.
El pasado miércoles John Kerry, lo más parecido que tienen en Estados Unidos a Joshia Bartlet, comentaba en Berlín que la libertad consistía en tener derecho, incluso, a ser estúpido, 




 pero Tucídides: hay que elegir entre descansar o ser libres. No es compatible ser libre y estúpido.

debe ser que creo que mi trabajo consiste en construir una ciudadanía independiente y no embutir contenidos.

ya sé que cuando crees que me pongo a pontificar te resulto insoportable, pero no es eso, amor. Sabes esas personas obesas que dicen que son felices así, que no hacen daño a nadie? En realidad se hacen daño a sí mismas, pues igual con los que leen Juego de Tronos o algo, que es lo mismo que las Guerras del Peloponeso pero mal escrito, y eso que Tucídides también es un pelín rollazo, con lo que me parece que voy a devolver esta misma tarde el libro a la estanteria del hall de mi cole por si alguno le saca un buen provecho.

si el problema, de todos modos, no es que decidamos ser tontos, es que nos traten por tales sin serlo. Mira cómo se pone el siempre admirado Gabilondo en tales casos



Feliz finde, musiquita







2 comentarios:

rosicler dijo...

Allá por los años 60 a la escuela de mi pueblo llegó un maestro de las españas, un maestro peculiar que se esforzaba en enseñar todo aquello necesario para vivir, irrenunciable para afrontar la vida al margen de contaminaciones.

J. Oliva dijo...

tenemos tanto que aprender....

un saludo, Ramón, hacia tiempo que tampoco actualizabas la bitácora, ya he visto que La Flaca ha hecho acto de presencia. Un abrazo!