martes, 2 de noviembre de 2010

ROME IS BURNING. LEONES POR CORDEROS

Roma está ardiendo y el poblema no es quién lo inició sino que nosotros no hacemos nada, le dice el doctor Malley a uno de sus mejores alumnos invitándole a que despierte, a que se involucre, a que sea un ciudadano consciente.



Leones por corderos
(Redford, 2007) es una peli reciente, que tal vez se te pasó, no estuvo casi nada en cartel y apenas contó con apoyo mediático, en la que Robert Redford, esta es ya la tercera película (esta y esta, antes) que te recomiendo de un director que siempre me ha fascinado, le arroja directamente al espectador las consecuencias de una sociedad apática, desinformada, conformista.
Tres historias se cruzan con el mismo objetivo de invitar a la reflexión, no ya sobre un hecho concreto, como es la guerra frente al terrorismo, principal catalizador de estas historias, sino sobre la necesidad de tomar partido como ciudadanos antes situaciones que condicionan nuestra vida privada y en sociedad.
Janine Roth (Meryl Streep) acude al despacho del senador Irving (Tom Cruise) para realizarle una entrevista convencional, pero la periodista entiende que la labor de un medio de comunicación debe ser la del servicio público, de ahí que opte por preguntar sobre las consecuencias de la guerra frente al terrorismo iniciada por el gobierno estadounidense. Las respuestas del senador son un manual de retórica política en la que el senador justifica los problemas que pueda ocasionar una guerra con el beneficio que se obtenga de ella, en este caso el fin del terrorismo, pero, ¿el terrorismo se vence con más terror?
Por otra parte, Rodriguez y Finch, son dos jóvenes que entienden que su forma de involucrarse con el mundo que les ha tocado vivir es enrolarse en el ejército y luchar directamente contra quienes consideran enemigos de su nación.
La charla entre el doctor Malley (Robert Redford) y Todd Hayes, su alumno más destacado, es la tercera de las historias que se entrecruzan y constituye una buena muestra de la apatía y los lugares comunes que nos invaden como sociedad, hasta el punto de dejarnos arrastrar aun cuando Roma esté ardiendo a nuestro alrededor.
Hace unas tres o cuatro décadas tendríamos muy claro por qué Leones por corderos pasó desapercibida en nuestros cines: el sistema nos permite hablar de este modo pero hace lo posible para que no se nos oiga. Hoy, una película como Leones por Corderos es presentada como aburrida, proselitista , o, en el mejor de los casos, bienintencionada.
Échale un vistacito y ya me cuentas con qué adjetivo te quedas, a mi se me ocurre necesaria.


No hay comentarios: