jueves, 4 de noviembre de 2010

REBOBINANDO. Que era la tecla rewind y tenía dos flechas señalando a la izquierda.

Esta mañana, volviendo del oftalmólogo, (otro día cuento lo del oftalmólogo que es muy gracioso) he coincidido, en el autobús, con un grupo de niños que iba o volvía de alguna excursión. Uno de ellos, sentado en los asientos opuestos a la dirección del autobús, le explicaba a otro: "yo me siento así porque soy un extraterrestre." A lo que el otro, mirando a su alrededor, le responde: "hay mucha gente sentada así y no son extraterrestres." El niño extraterrestre comprueba que, efectivamente, tiene varios imitadores, y concluye: "pues yo sí." Es lo que tiene ser un extraterrestre que te salen imitadores por todas partes.
He querido intervenir para explicarle al niño escéptico que el verbo utilizado por el extraterrestre no era sentarse sino sentir, aunque la señorita Rottenmeyer que les acompañaba me ha hecho pensármelo mejor, y pensando me he acordado de Alberto, no sé si por lo del extraterrestre o qué. El caso es que Alberto se pasó cinco años de universidad intentando convencernos de lo grandioso de Frank Zappa y nosotros que éramos más de Springsteen o de los Stones o de Ian Stewart (y eso sólo con la S, con el resto del abecedario teníamos muchos más), cinco años quitándonos de encima sus cintas grabadas con recopilaciones ad hoc del genio de Baltimore. En una de esas debió ser Turu quien le delvolvió el material zappatista con un : "No tienes ni idea de música." a lo que Alberto respondió: "Es cierto, pero Zappa sí." Que se convirtió en un irrefutable axioma tanto en lo referente a Alberto como en lo referido al propio Zappa, quien empezó a descubrírseme a través de esto que el mismo Alberto me grabó un par de años después de acabar la carrera




y, como tengo muy poca personalidad, también porque en Lugar llamado Kindberg, Cortázar le coloca a uno de los personajes un disco de Mothers of Inventions en la mochila



Reconozco que aún me cuesta mucho escuchar al bueno de Zappa y más aún a Alberto, del que hace años no sé nada, pero, mira, con esto de internet se pueden escuchar cientos de canciones sin necesidad de acabarlas o de sacar la cinta del cassette para rebobinar a base de boli bic y hasta se puede rebobinar en un autobús, camino de casa, y luego contarlo a los amigos.


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