No sé quién dijo que la vida hay que tomársela a broma para vivirla en serio, pero es una premisa que llevo a casi las últimas consecuencias en cada aspecto de mi vida, sobre todo en esos que deben ser transcendentales. Con esa mentalidad me presenté ayer a defender mi fantástica tesis, creo que no he dicho, sobre organizaciones indígenas americanas. Cierto que llevaba algo de miedo, no sólo por el momento que, sinceramente impresiona, sino porque cuando uno llega a esta fase de su tesis normalmente el tribunal que lo juzga está compuesto por conocidos, o amigos, o amigos de conocidos y, de nuevo, mi tesis tenía que ser excepcional en este sentido.
El director de la tesis presenta a la comisión de doctorado de la facultad una lista con diez nombres para componer un tribunal de cinco miembros. Nosotros queríamos incluir a Carlos Taibo, que amablemente rechazó la invitación, a Marc Becker, un historiador estadounidense, incluido en una lista de los intelectuales más peligrosos de Estados Unidos, en serio, en época de Bush se creó esta lista encabezada por Chomsky. (la comisión de doctorado ya nos advirtió que no aceptaría ningún candidato procedente del extranjero, cuestión de presupuesto), o a Carlos Caravantes, a quien la comisión relegó a un puesto de suplente, entiendo que por las enemistades peligrosas que se ha ganado. (finalmente conseguimos que, al menos Carlos estuviera en el tribunal vía renuncias varias pero) Tenía la sensación de que, incluso, este trámite de la defensa de la tesis me iba a costar mucho con un tribunal ajeno a nuestros planteamientos iniciales.
Cosas que pasan. Caminando hacia la facultad recordé una anécdota, realmente entrañable, que contaba un gran maestro de ajedrez quien preguntado sobre cuál era el objetivo que se había planteado en su participación en un campeonato mundial contestó: "Me gustaría conocer a Karpov, y, si es posible, firmar tablas con él." A medida que vas cumpliendo años tus objetivos se van tornando más humildes y yo, que debo andar por los veinticinco, (no sé, yo me miro en el espejo y no me echo más de veinticinco,) ya me voy conformando con un serie de mínimos; en este caso que el tribunal no fuese demasiado duro.
Y no lo fue.
Debéis creerme, puesto que no hubo testigos, más allá, de Jesús Adánez, y un tipo llamado David, al que no conocía de nada y que quiso entrar en el acto para saber cómo va eso de una tesis (Mari y Nicolás no pudieron asistir por cuestiones de logística, la mayoría de amigos por incompatibilidad de horarios, y Borja, supongo, porque le dije la fecha y el lugar pero no la hora) digo, debéis creerme que el tribunal no sólo no cuestionó mi modelo de análisis, el concepto planteado o las conclusiones sino que me felicitó por el riesgo asumido. Supongo que es lo habitual, ya nos contará Eduardo, pero qué quieres, a mí me hizo ilusión.
Y me acordé también, cuando el tribunal me comunicó la nota, que, obviamente, no podía ser más que Sobresaliente cum laudem, (es la nota que recibe todo el mundo, tampoco hay que exagerar) del gran jufgador de ajedrez y de cómo acaba la anécdota: en ese campeonato conocío a Karpov, supongo que le pediría un autógrafo o algo, y no sólo firmó unas tablas con él sino que consiguió derrotarle y arrebatarle el título mundial.
Posiblemente mi tesis no pase a la Historia de las tesis, el concepto que me he inventado (Indianismo Horizontal) no deje de ser un mera anécdota y el día de ayer se convierta en el día en que me hice estas fotos con estos tipos tan raros, pero qué quieres, yo me sentí el Kasparov de la Antropología y tan feliz.
Mira, el primero por la izquierda es Jesús Adánez, mi director de tesis, a su lado Luisa Abad, Lola González Guardiola, el tipo grande del centro es Carlos Caravantes, a su lado Daniel Oliva y a la derecha Francis Gil.
Después, Adánez tiró otra foto, pero el tipo es un paquete, ya ves.
6 comentarios:
Bueno, pues muchas felicidades por tu Sobresaliente!!!
Me mola eso del doctor sin corbata y con la camisa por fuera...
Gracias Daniela por tu entusiasmo, ahora te toca a ti lo del sobresaliente, es cuestión de ponerse.
Bienvenido Raúl, y gracias por tu observación, ya te digo que la informalidad en el vestir no repercute negativamente en la profesionalidad, bueno, en mi caso, posiblemente, sí.
Ya sabes dónde encontrar un ratito para un café virtual con amigos,pásate por A veces llueve siempre que quieras. Para un café de verdad el lunes a segunda en la cafeta del instituto. Por cierto, el cuadro que decora la entrada al blog es de Caillebotte
Si bueno!!! como si yo pudiera... Tengo un triste 5.5... Y en economía no es que vaya muy sobrada, bueno, en relidad solo voy sobrada en Religión jejeje... Oye Jota, ahora que eres doctor ¿le podías pedir una bata al de CMC ? jajaja
vaya!!! Os ha dado con mi indumentaria!!! Aunque ahora que lo dices una bata, un fonendo, una cofia tal vez...
Lo mismo si llegas un dia a clase con una cofia y una bandejita de bizcochos nos dejamos enseñar un poco más... jeje y Raúl lo mismo... si viniera con unos saladitos y unas cocacolas...
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