lunes, 10 de noviembre de 2008

SI NO LO CREO NO LO VEO

He terminado Diario de un genio, una compilación de alocados pensamientos y reflexiones que durante los años cincuenta acumulara el siempre excesivo y genial Salvador Dalí. Lejos de ser un simple compendio de desequilibrios el diario presenta una lógica irracional de asociación de ideas dignas del reformador del surrealismo. Dalí ideó el método paranoico-crítico como lenguaje pictórico en el que cada elemento de una composición mantiene una relación sintáctica con el todo  a través de asociaciones involuntarias, carentes de cualquier lógica, a la manera en que se asocian ideas dispares en los sueños. 

A lo largo de Diario de un genio, Dalí, que no en vano es otra invención del autor (en ocasiones se refiere a sí mismo en tercera persona, o comenta que se viste de Dalí para recibir a alguien) muestra sus dudas acerca de sí mismo aún esa suficiencia de quien se sabe un genio, muestra su interés por el psicoanálisis, es un ferviente admirador de Freud de quien adopta libremente las teorías del Yo y el subconsciente, y demuestra que Dalí no era un loco ajeno a la realidad (acaso realidad no es más que un convencionalismo???) al interesarse por Heisenberg, a quien cita en varias ocasiones en relación con la Teoría del Caos, idea que, por supuesto, debía fascinar inevitablemente a un personaje como Dalí, eso sí, adaptada a la concepción cosmológica daliniana:

Dalí entiende que los mismos elementos combinados del mismo modo bajo las mismas circunstancias no siempre producen los mismos resultados. Es decir la suma de hidrógeno y oxígeno puede producir un océano, un ramo de flores o un caballo con alas indistintamente. Esto que es IMPOSIBLE resume la existencia, y la necesidad finalmente, del surrealismo. También es imposible volar, saltar más de seis metros en vertical o que el tres de copas se convierta en el as de espadas y sin embargo…

Os dejo un enlace, de los miles que encontraréis, a una serie de cuadros de Dalí



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