lunes, 14 de octubre de 2013

DEBERES PARA CASA

Se ha iniciado un interesante debate en el instituto que no creo se cierre ni en breve ni de forma satisfactoria, al menos para mí. Algunos profes, más  de los que pensaba, tres en concreto, creemos en la ausencia de efectividad de la mayoría de los deberes que se mandan para casa. Hoy mismo tenemos la reunión con los padres, te escribo desde el instituto, en lugar de corregir exámenes, ya ves, y sé de antemano que la mayoría de los comentarios que me harán estarán relacionados con la cantidad de tiempo que los chicos pasan haciendo debres. Hacer deberes no es otra cosa que la repetición sistemática y monótona de un ejercicio hasta la saciedad y más allá. La repetición es un recurso pedagógico muy interesante para favorecer el proceso de aprendizaje; la repetición ad eternum es una gilipollez. No sé si me explico.
Hacer 10 sumas supone aprender a sumar. Hacer 1000 sumas supone aborrecer las sumas, al de Matemáticas y a buena parte de su familia. Es Pedagogía elemental que la mayoría de los profes no terminan de pillar (Menos mal, Julito, que estás tú y todo eso. Que no, tonta, que no va por ahí)
Así que varios profes hemos querido inicar un debate en el que cuestionemos nuestros métodos de enseñanza-aprendizaje en donde la repetición se entienda desde la calidad y no desde la cantidad. Además, entendemos que aprender es un proceso global. Que nuestras asignaturas no son las únicas que nuestros alumnos tienen y sobre todo que es inhumano tener a los chicos cada día hasta las 9 de la noche haciendo deberes desde que salen de clase, a eso de las 3.
Ergo
proponemos
Hacer los trabajos en clase y si no avanzamos o lo hacemos más despacio pues lo hacemos más despacio y punto.
Dejar para casa lo que realmente no se puede hacer en clase: buscar información complementaria, subrayar, memorizar...en definitiva, estudiar.
Comprometernos con los alumnos a adaptar las clases y sus ritmos a las necesidades de cada grupo y no que sean los grupos los que se adapten a nosotros o a un curriculo que en ocasiones, las más, es una mierda.
Permitir que las tardes sean relamente un momento que combine el descanso con el trabajo, porque es igual de importante estudiar que salir a la calle, leer otras cosas que no sean apuntes, charlar con los amigos, escuchar música, hacer deporte y lo que se te ocurra.
Integrar los hábitos de estudio a la cotidianidad de los alumnos y no convertirlos en la exclusividad de cada uno, igual que nuestro trabajo no es nuestra actividad exclusiva.
Porque estamos formando ciudadanos no robots que sepan resolver un problema de forma mecánica.
Porque queremos formar ciudadanos responsables, con espíritu crítico, con capacidad de resolver problemas entendiéndolos.

Y algunas cosas más de pedagogía moderna y rojerio vario
qué te voy a contar.
Cómo nos aburrimos los profes, eh? con lo fácil que es esto de enseñar: coges el libro, lo lees y mandas deberes

y el que no los tenga pues un cero.

Total que de momento sólo hablamos entre los que estamos de acuerdo, ya verás qué risa cuando se lo contemos a los demás.

Musiquita





2 comentarios:

S dijo...

ALELUYA! Llevo años diciendo lo mismo y nadie de los que podían hacer algo se ponía las pilas, así que me alegro de que os hayáis juntado un grupillo en el instituto para tratar de encontrar un punto medio. Eso significa que otros muchos también lo estarán haciendo en otros puntos de Madrid y de España, quizá de aquí a que tenga hijos en edad de cole/insti las cosas hayan cambiado...al menos un poquito.

J. Oliva dijo...

Bueno, de momento tomamos café y eso. Me consta que Raúl hace lo mismo en su cole, tomar café, digo.