lunes, 23 de septiembre de 2013

QUE NOS DEJEN EN PAZ

Ayer publicaba el gran Risto Mejide en El periódico Bombardegin Barcelona, uno de esos artículos que se estudiarán en las facultades dentro de cien años. Un alegato contra la irracionalidad de los nacionalismos rancios, contra las manipulaciones, las medias verdades, el cinismo, y sobre todo, para denunciar el hartazgo que nos supone a casi todos el tira y afloja de los últimos meses entre el gobierno español y el catalán. "Ni todos los catalanes son como Mas ni todos los españoles como Rajoy", dice Risto, que cae en el perogrullo pese a que la minoría vociferante no se entera. Catalonia is not CiU fue una campaña muy efectiva a finales del 2011 de la que parece que ya nos hemos olvidado al entrar en esta ruleta de hacerle el juego a la derecha de Mas como si fuera un mártir o algo. Mas y su gobierno de derechas es el causante de que los servicios sociales en Catalunya estén tan rematadamente mal como están, lo que parece que se nos olvida cuando apuesta, conocedor de los más primarios instintos, por el nacionalismo victimista y a veces excluyente, en el que quiere meternos. La misma baza nacionalista que juega Rajoy cuando saca la carta de Gibraltar para que se nos olviden Bárcenas y demás, y tenernos entretenidos en verano hasta que empiece la liga, mira como ya se ha acabado el problema desde que hay fútbol los domingos.
Ayer publicaba el impresentable de Vargas Llosa en El País una estupidez de artículo ultrafascista acusando al nacionalismo catalán sin darse cuenta, todo un premio nobel, de que hace apología del nacionalismo español. Un alegato contra los derechos fundamentales que tiene cualquier nación a la autodeterminación o a la defensa de su propia identidad. No se dan cuenta estos fascistas de nuevo cuño, Vargas, la Fundación Francisco Franco que propone bombardear Catalunya, Margallo sugiriendo que la UE parará los pies a Catalunya... que su cerrazón retroalimenta el nacionalismo catalán y viceversa. Como en el poema de Kavafis mientras haya bárbaros tendremos el trabajo del César garantizado. Pero como en el poema de Kavafis a lo mejor los bárbaros no llegan porque empezamos a estar pelín hartos de unos u otros.
Que la izquierda siempre ha sido internacionalista es  lo mejor que nos podía pasar a la izquierda. Que haya movimientos de izquierda entre quienes reclaman la independencia es lo mejor que le podía pasar a la independencia. Sin embargo estos son casi testimoniales, son marginales, y, mucho me temo, se supeditan a las voces de la derecha nacionalista que ha encontrado en el discurso independentista un buen argumento de los que adormecen para despertar en otro sueño.
La independencia no es un sueño, ya es un anhelo cuando más de un millón de personas se manifiestan abiertamente por dejara atrás la España que les ha dado la espalda, esta España de Rajoy, de la derecha, de las políticas antisociales, que también obliga a muchos otros que no son catalanes a darle la espalda. Se equivoca Almudena Grandes cuando ve insolidaridad, se equivoca si no ve desprecio español.
Es evidente que Catalunya tiene derecho a elegir su propio futuro, que Catalunya no es CiU, que Catalunya no saldrá de la crisis hasta que no cambie de dirigentes.
No sé qué miedo a las urnas tienen los post franquistas del PP, bueno sí, que son post franquistas y es lo que tiene, pero el supuesto conflicto que pretenden unos y otros se resolvería con una simple consulta, y si sale sí, pues oye, y si sale no, pues mira. y mientras deixar-nos viure en pau.




 Me pregunta Mari que en el caso de que se independice Catalunya qué pasaporte tiene un tipo que escribe en catañol. El que tú me des, le digo, y me doy la vuelta que ya es hora de dormir.

Ahora, tengo muy claro de que lado no voy a estar.


2 comentarios:

Charly Sainz de Aja dijo...

El nacionalismo, la enfermedad infantil, el sarampión de los adultos. La excusa perfecta para seguir siendo débiles, para no complicarse la vida pensando si esto o lo otro que he creido toda mi vida es un error. "¿La solidaridad? ¿Eso qué es?", pero al menos que a nosotros nos dejen vivir en pau, que diría Orenga...

J. Oliva dijo...

Bueno, Ricky, no creo que vaya por cuestiones de solidaridad, es dónde creo se equivoca Almudena Grandes, más bien es esa excusa perfecta que mencionas.