...se incorpora abrazándose las piernas hasta tocar el mentón con las rodillas. El pelo cayendo sobre la espalda como una luna creciente, tan blanca, tan callada que niega el cigarro sólo con morder el labio, tan muñequita Degás que temo romperla si vuelvo a tocarla, pero la toco de nuevo, y está fría y suave y un poco húmeda. Ahora gira la cabeza hacia mí que sigo tumbado sin atreverme, por lo que es ella quien, casi en un susurro,
- ¿Y si ya nos hemos enamorado?
2 comentarios:
Está chula la canción.
;)
Sí, la canción está chula, bueno, y mi texto también, no?
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