El titular sólo decía Ebb y Flow se estrellarán contra la luna y como no tengo remedio ya me imaginaba a un par de enamorados arrojándose desde un bonito puente contra el reflejo de la luna tiritando sobre, no sé, el Sena, por ejemplo. Pero formado en otra escuela del periodismo me da por leer el resto de la noticia y resulta que Ebb y Flow son dos robots que la NASA piensa estrellar contra la luna, la de verdad, por ver qué pasa. En eso se gasta la NASA el dinero de los contribuyentes, para que luego digas que si Rajoy. Ahora que lo pienso, y como no he visto Wall-E por más que Raúl me la hiperrecomiende cada vez que nos vemos, o puede que por eso, digo, que ahora que lo pienso esto de inventar robots para luego estrellarlos no es más que el primer paso hacia la humanización de las máquinas; cuántas veces nos habremos estrellado nosotros, amor,  una y otra vez en todas las lunas posibles sólo por ver qué pasaba, eso sí, tomados de la mano que parece que el trompazo se mitiga, aunque no. Y de la humanización de los robots a Blade Runner un paso, con lo que no descarto que Ebb y Flow no sean, en realidad, dos enamorados, más si uno de ellos se parece a Sean Young que siempre es más apetecible que soñar con ovejas eléctricas.
A todo esto, llevo una semana liadísimo, porque siempre me organizo fatal, corrigiendo exámenes de última hora en los que leo respuestas dignas de figurar en la antológica selección de Eduardo #ErrareHumanumEst Una alumna preguntada por Karl Marx comienza diciendo que "era un señor alemán que pensaba cosas" y puesto que andamos faltos de señores alemanes que piensen cosas, cosas positivas, al menos, no puedo más que aprobar a esta chica que debe rondar los treinta años y tiene expresiones de niña de siete, candidata indiscutible a prima de riesgo si se sienta junto a ti en una de esas horripilantes cenas familiares en las que todos nos comportamos como robots para, como tales, estrellarnos contra cualquier cosa hasta hacernos polvo, mas polvo enamorado.

Bon nadal, mi vida.


creo que esta canción ya la he puesto ochenta veces, pero es que mola