lunes, 29 de junio de 2009

...Y NO OLVIDÉIS A LOS VIEJOS AMIGOS

El curso pasado impartí clases en un instituto fantástico llamado Ramiro de Maeztu, en donde conocí a un grupo de chicos y chicas estupendos. El hecho de que tuviera que irme de allí al finalizar el curso supuso un pequeño drama para mí, sobre todo cuando me destinaron a Valdebernardo, un barrio periférico de Madrid, con un alumnado, un tanto distinto del alumnado del Ramiro. Llegué en septiembre con los dedos cruzados esperando que no fuera un suplicio, que al menos, que qué sé yo. El suplicio sin embargo ha llegado hoy que hemos terminado el curso y ya puedo decir que, si bien el Ramiro seguirá siendo siempre mi casa, Valdebernardo se ha convertido en la mejor experiencia que he tenido en mi corta vida docente. Esos mismos alumnos a los que temía en un primer momento se han revelado como un puñado de entrañables gamberros con los que he compartido horas y horas de laborioso trabajo como se puede apreciar en esta imagen en la que también aparece la de inglés intentando poner un poco de orden. Bueno, no todas las clases eran así; algunas eran peor. Lo bueno es que, además, han aprendido un montón de cosas, a su pesar.












Pero no sólo los chicos y chicas de Valdebernardo. Si algo eché en falta el curso pasado fue un mejor ambiente de trabajo. El claustro dividido, la eterna tensión entre los departamentos y entre compañeros, la crispación absoluta que se respira en el Ramiro, creaba una atmósfera casi agobiante que sólo se compensaba por la agradable relación con los alumnos. Me sentía mucho más próximo a ellos que a mis compañeros de trabajo, salvo honorables excepciones de las que ya te he hablado. En Valdebernardo he encontrado, además, un grupo de compañeros/as tremendamente fantástico, algunos de los cuales ya conoces porque se dejan caer de vez en cuando por aquí. Este curso he realizado numerosas actividades de las que te he ido informando en su debido momento gracias ellos, si no, cómo iba yo a participar en una obra de teatro, o asistir a horribles excursiones al campo o a la Catedral o a horripilantes conciertos musicales, incluso he llegado a aporrear la batería en el concierto de fin de curso. Gracias a ellos he vuelto a ser asiduo de la cafetería como en mis mejores años de facultad, y como entonces he procurado que pagase otro, sin conseguirlo en la mayoría de los casos, he interrumpido un examen de inglés con un sombrero de papel en la cabeza para cantar Cumpleaños Feliz a un alumno y les expliqué a los chicos de 3ºC el siempre interesante concepto de pellas colectivas, que nunca pusieron en práctica, por otra parte. Vimos La Vida de Brian para ilustrar las clases de Cristianismo en Historia de las Religiones, discutimos sobre la información electoral en Ciudadanía y repartimos caramelos en Geografía para explicar la Teoría de la Dependencia.


En fin, que ha sido un año de lo más fructífero que por el pésimo funcionamiento de la administración no se podrá repetir pues, al menos, el 40% del profesorado no repetiremos en Valdebernardo el curso siguiente. Otro día te cuento el por qué, hoy se trataba de contarte que ha sido un año fantástico para mí, bueno, y también para tí, verdad?


Cómo era eso?


Quemad leños secos


Bebed vino añejo


Leed libros viejos


y no olvidéis a los viejos amigos.









5 comentarios:

Alfonso dijo...

Bueno bueno, Julio el que no te conozca no te podrá distinguir de los alumnos en la foto, estás hecho un chaval...je je.

Una pena que Valdebernardo no pueda disfrutar de ti otro año más. Pero lo que pierden unos lo ganarán otros.

edu dijo...

BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Por cierto, te quedaban actas por firmar.

J. Oliva dijo...

Gracias Alfonso, bueno, creo que es obvio cuál soy yo en la foto: el que parece un profesor, no? Por cierto ya estoy de vacaciones, ya quedaremos para tirar unos tiros con Ricky.

Actas? Edu, estamos de vacaciones, disfrútalo y olvídate delas actas. Gracias por este año que me has dado. Tienes razón, creo que el Mundo se merece una pareja de cómicos como nosotros, y los institutos de Madrid más, ergo ya coincidiremos para desesperación de algún otro jefe de estudios.

Anónimo dijo...

hola soy anabel a caso sabes tocar la bateria? y que hacias vestido con esas pintas como molaria tenerte en mi insti besos anabel

J. Oliva dijo...

El instituto no tiene por qué ser un rollo, en el tuyo seguro hay profesores fantásticos como los que ves en este video, y tendrás compañeros también estupendos, ya verás. Voy vestido de Elwood blues, mi querida Anabel, ya te contará tu padre quién es este señor y la importancia que tuvo en el munodo de la música. Por cierto, no tengo ni idea de tocar la batería, pero a que mola!!!!