lunes, 22 de junio de 2009

PONIENDO NOTAS

Creo que lo que menos me gusta de mi trabajo es poner notas, me resulta bastante complicado decidir cuál es la nota adecuada a cada cual. Como no creo en la objetividad me tengo que ajustar, irremediablemente, a parámetros subjetivos como el comportamiento, el interés, la participación, pero, claro, cómo valorar el interés por una asignatura, puedo valorar el respeto por el desarrollo de la clase pero, ¿un tipo que guarda silencio está realmente interesado en la asignatura?
El año pasado en la clase de Annie y Claire debí poner unos ocho dieces, no me acuerdo con exactitud, merecidísimos, no obstante. Los objetivos marcados para la asignatura se cumplieron con creces y aquí el problema. Algunos compañeros, en su afán por orientar mi desorientada forma de calificar, me sugieren que, posiblemente, deba modificar mis objetivos y acomodarlos al currículo que para eso está y confecciona amablemente la Consejería. Por ejemplo, en Geografía los alumnos de 3º de ESO deben, una vez acabado el curso, saber cuál es la capital de Surinam, dónde queda el golfo de Tonkin o que el sistema económico socialista es menso efectivo que el capitalista. Sin embargo yo me he planteado como objetivos que comprendan las causas de desequilibrio a nivel mundial, que los fenómenos migratorios son consecuencia del imperialismo, entendido como última fase del capitalismo, que debemos respetar a las minorías, que una cultura se define en sí misma, que la información que recibimos debe ser decodificada para ser comprendida, que si no aprendemos a leer, que si nos limitamos a juntar palabras, seremos esclavos del sistema…y, claro, como superan los objetivos, pues ocho dieces.
Fuí alumno en primero de carrera de Jaime Alvar, uno de los más prestigiosos historiadores españoles. Impartía una asignatura llamada Historia de la Península Ibérica en la Edad Antigua. En ella aprendimos a hacer Historia. Que ésta nos es más que el compendio interesado de los vencedores, que la verdadera Historia es la historia cotidiana, la de cada uno de nosotros, la que no se resume con frases grandilocuentes, la que no es posible encontrar, paradójicamente, en los libros de Historia. Aprendimos a ser críticos, a valorar la información, a entender los mecanimos de la construcción del discurso histórico. El resto, la Historia Antigua de la Península Ibérica, las fechas, los nombres, los datos, están en los libros, es fácil, y cada vez más, acceder a ellos, lo verdaderamente necesario es la interpretación. La mayoría de mis compañeros terminaron indignados con la asignatura, entendían que no habían aprendido nada sobre la Historia Antigua de la Península Ibérica, no habían podido tomar notas, ni fechas, ni nombres, tenían un par de folios de apuntes al acabar la asignatura, y eso, por supuesto, era demencial. Nosotros, por contra, estábamos encantados. Me he acordado del gran Jaime Alvar estos días, y del único sobresaliente que saqué en mi primer año de carrera en una asignatura de la que, hoy, no tengo ni idea. Si necesito saber algún dato, alguna fecha, algún nombre sobre la historia Antigua de la Penísula ibérica debo consultar algún manual, que para eso están, por otra parte, sin embargo los objetivos... me dirás que en Geografía lo lógico es que los alumnos aprendan cuál es la capital de Belice y, de hecho, yo les hago un examen en el que tienen que responder cuál es la capital de Belice, pero para qué sirve? para ganar concursos? para fardar delante de sus amigos? para memorizar datos que una vez finalizado el examen olvidan inmediatamente? No sirve para nada. Para qué sirve aprender a leer? a decodificar los mensajes que nos llegan cada día? a entender el mundo en que vivimos?

Así que me he pasado toda la semana entre tribulaciones sobre cuál es la nota más justa para esta panda de gamberros que tengo por alumnos y así vamos. Por suerte una compañera me dio la fórmula correcta. Ella suspende, por norma, al 20% de la clase para evitar que la tomen por el pito del sereno (sic) y en esas estamos. Hoy hemos terminado de poner notas, y, por supuesto he cumplido con mi 20% de rigor no sea que alguien descubra que yo tampoco sé cuál es la capital de Guyana o que a mis alumnos les dé por aprender lo que no deben.

2 comentarios:

Clara y Ana dijo...

Hola! A nosotras ya nos han dado las notas :D

J. Oliva dijo...

En el Ramiro siempre adelantan las fechas, no sé si estará relacionado con la elevada edad media del profesorado temeroso de un patatús antes de la entrega de notas o qué. Nosotros las hemos dado hoy, ergo felices vacaciones!!!
Bueno nosotros no tenemos vacaciones hasta el lunes pero ya está casi todo hecho, salvo que haya quien reclame los dieciocho dieces que esta vez no he puesto. Por cierto, creo que a Annie no le puse un diez, verdad? Aunque seguro que aprendió un montón de cosas, no sé si relacionadas con la asignatura o no pero...