Agonizando el régimen franquista Jaime Chávarri dirigió un documental sobre la decadencia de una tradicional y falangista familia: la de su amigo Moisés Panero, Michi. En la película, los tres hijos del poeta Leopoldo Panero, muerto en 1962, y su viuda Felicidad Blanc narran sus vidas marcadas por las relaciones tempestuosas y un tanto hipócritas que mantienen cada uno de ellos.
Las evidentes similitudes entre la desestructuración del franquismo y la ruptura de la familia Panero contribuye a una lectura política de lo que, en principio, no es más que el esfuerzo del director, con la complicidad de la familia de su amigo, por poner en evidencia todo lo falso, lo establecido, los lugares comunes, las apariencias, que constituyen la mayoría de las relaciones familiares. La tremenda sinceridad con la que se expresan unos personajes extremadamente cultos, profundamente desengañados de una vida que les asquea, proporciona a El Desencanto, un referente de lujo para el cine español, un testimonio ejemplar de las miserias humanas.
Vimos, por primera vez, El Desencanto en esa horrible asignatura de la facultad de Educación en la que me matriculé para estar con Mari y reconozco que, pese a las circunstancias, nos dejó sin palabras. Palabras que buscamos en los hijos de Panero; Juan Luis, poeta de cierto prestigio, un tanto redundante, Michi, escritor sin obra, intelectual de la desdicha y la desgana, tremendamente mordaz, y Leopoldo María, posiblemente el mejor poeta español del último milenio, desoladoramente cuerdo debido a su locura.
Palabras que dejan escapar en El desencanto casi como quien se habla a sí mismo.
En este corte Leopoldo María reflexiona sobre el Yo como negación de los otros
Veinte años después, Ricardo Franco, rodaba Después de tantos años, en la que la familia Panero vuelve de los infiernos para evidenciar el desencanto que les produce la vida. Michi lo manifiesta con una frase demoledora: "Todos tenemos derecho a defendernos de la vida"
1 comentario:
wow...
...cómo duele escuchar (y ver) esos vídeos. Debe de ser porque no se dicen más que verdades que, aunque todos las sabemos (algunos muy en el fondo -me incluyo-), pocos se atreven a plantarle cara con tanta...sabiduría y objetiva serenidad.
P.D También me leo tus post "aburridos", para que veas :P
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