jueves, 12 de diciembre de 2013

VEROSIMILITUD Y REGALOS DE NAVIDAD

y se querían, así, sin más, con lo difícil que es eso

El otro día mi editora me escribía para contarme que ha recibido un correo desde México solictando un envío de Siete años... Parece ser que el hijo adolescente de un señor Jorge Adolfo mexicano ha encontrado, qué grande es internet, algunas frases del libro y, no descarto un intento infructuoso de piratearlo, el padre ha preferido comprarlo como regalo navideño.

El libro lo encontró mi hijo, de 15 años, en un blog y le llamó mucho la atención. Leyó una parte que allí transcribían y le gustó. Como a nuestros chicos modernos pocas cosas en la vida les sorprenden, decidí regalárselo para navidad. Sé que yo también lo voy a disfrutar. 


le dice, textual, a mi editora.


En ocasiones ella me ha hablado del público objetivo de mis textos y encuentra, entre otros, que debe ser un público eminentemente femenino, post adolescente o rondando la cuarentena. No estoy de acuerdo, obviamente. Es más, siempre he creido que mi público objetivo debe ser varón, erudito y lector voraz. No se excluyen uno y otro, dice Raúl, tan pragmático él, a quien le resulta una aproximación más que acertada de mi público la que hace la editora. pero ya ves, este es un chico.
Total, que el punto medio está en un público de adolescentes listísimos y muy leídos, lo que no sé si me termina de convencer ahora que lo pienso: soy el escritor de los frikis.


Coincide que, hace justo unas semanas, ahora me parece que encaja como en un puzzle literario, recibió varias visitas una de mis entradas favoritas llamada precisamente quince años, que escribí hace ya mucho tiempo para A. y aquí viene lo de la verosimilitud.
Uno de los comentarios que más me gustan sobre mis textos se produce cuando alguno pregunta si lo que escribo es cierto o no. Me encanta porque demuestra que algo estoy haciendo bien. Pretendo que mis textos sean lo más verídicos posible para que el lector se sienta cómodo, integrado, se pueda identificar con la situación.
Uno de los trucos son los detalles. No se trata de descripciones abrumadoras, tan detallistas que resultan innecesarias. Se trata, más bien, de crear, con pocas palabras un escenario creible. Adjetivos necesarios, algún verbo, pocos a ser posible, sustantivos de los que sustentan, referencias a espacios, a acontecimientos reales...no sé...es Literatura, mi amor, eso que llamamos vida sin darnos cuenta de que la vida es justo lo otro, lo que no está en los libros.
 

 Total, que tan contento de que el libro cruce el Atlántico, espero que para bien.





6 comentarios:

Susana dijo...

jo, qué bien :) me encanta que pasen estas cosas. ¡Enhorabuena! ahora ya eres escritor internacional y todo.

Su

Anabel dijo...

Los Mexicanos tienen suerte, alli hay una amiga deseando leerte tambien, enhorabuena tio !!!!!

Natalia dijo...

Enhorabuena por llegar a cruzar el gran charco! Como sigas así tendrás que ponerte a hacer un segundo libro.

J. Oliva dijo...

gracias, chicas, por los comentarios, en realidad, sólo he vendido UN libro en México, no es que me haya convertido en un super ventas o algo, pero agradezco el entusiamo.
Besos

Daniela dijo...

Por algo se tiene que empezar, un libro ya es algo! lo mismo el mexicanito simpático se lo cuenta a sus amigos y te encuentras mandando libros "a cascoporro" ;)

J. Oliva dijo...

Jajaja, no creo, pero serás la primera en saberlo en ese caso.
gracias por el comment