martes, 4 de junio de 2013

Sólo levanta el pie cuando se cruza una moto de Trànsit por el carril contrario y lo mira a través del espejo y pisa de nuevo cuando ya no lo ve. Le gusta correr aunque lo niegue más tarde en la estación de servicio y yo insista y me toque pagar por bocazas. Manotea algo sobre el volante que solo ella escucha porque la radio está apagada. Me pide que le encienda un cigarro. Baja y sube la ventanilla sin criterio alguno. Me encanta mirarla así, de perfil, con el pelo revuelto, hablando sin parar. Por entre los botones de la camisa holgada se adivina el sujetador. Qué???? Cuando nota que me quedo como tonto y no le he avisado de no sé qué desvío. Sonríe. Sacude la cabeza como diciendo, no tiene remedio y, por fin, prende la radio. A la altura de Vilafant dicen que ha muerto Joaquín Rodrigo y ponen una con Paco De Lucía





Luego de un rato en silencio, confiesa muy seria: si alguna vez me dejas, me pasaré las horas escuchando esto. Eran nuestras primeras vacaciones juntos. Acababa de licenciarse en Filosofía. A mí me quedaba todavía una de medieval para septiembre. Íbamos a Perpinyà. Ella había vivido allí unos años, de niña. ¿Y si eres tú la que me deja? Y sonríe de nuevo.

Ahora que llevamos tres años? sin vernos, y que ya no contesta a mis cartas me paso las horas escuchando esto. Yo era el menos romático de los dos.




...abierta la herida juro que esta vez aprenderé a no dejarte volver por más que...

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