lunes, 3 de enero de 2011

PARA QUÉ ESTUDIAMOS

Llevo tiempo queriendo escribir motivado por algunas de las últimas entradas que he leido en vuestros blogs y por un mail que me envió Ricky clamando por la necesidad de una transformación profunda de la sociedad en todos los sentidos. Échale un vistazo a los enlaces, porque si no te vas a perder más de la mitad de lo que te cuento.
Hace un par de meses Raúl me propuso asistir a un simposio sobre educación, organizado por la conservadora institución educativa SEK, en la que participaban, entre otros, Richard Gerver, un pedagogo británico que aboga, entre otras muchas cosas, por la creación de un nuevo curriculo global que permita aunar conocimientos de diferentes disciplinas en una misma signatura, y acabar con la tradicional compartimentación de los conocimientos, y Eduard Punset, al que ya conocéis por Redes.
Precisamente Redes dedicó hace poco un programa a la escuela del futuro en la que Gerver fue el entrevistado y SEK-Catalunya se mostraba como ejemplo a seguir en innovación educativa, supongo que Punset se lo debía.
Échale un vistazo al programa, dura menos de media hora, y seguimos.

A primera vista a mi ya me chirrían los alumnos al ser entrevistados, ¿dónde están los macarrillas del SEK-Catalunya? Ya, a mi también se me ha ocurrido: en el instituto público!
Fijate que en la presentación Punset alude al liderazgo o a la inserción laboral como objetivos de la educación.
¿Para qué estudiamos? Edu García se pregunta, en la ciudad maravilla, si esto consiste en responder a las preguntas según lo planteado previamente por el profesor, con lo que el espacio a la crítica queda un tanto restringido. En las innovaciones propuestas por Gerver, y aplicadas en SEK-Catalunya, se plantea la posibilidad de iniciar cada clase con un debate de unos diez minutos sobre un tema de actualidad, se encuentre o no en el curriculo, opción bien interesante, sin duda, a la que me apunto si no pierdo diez minutos al entrar en clase pasando lista o pidiendo a los alumnos que se sienten.
Si estudiamos para ser capaces de argumentar sin duda vamos por el buen camino con lo que este debería ser uno de los objetivos primordiales de la educación. Para argumentar hay que conocer, para conocer aprender, para aprender escuchar con atención, para escuchar con atención conocer el idioma de nuestro interlocutor. Eduardo Ares nos contaba, en La vida es cuento, un cuento, que realmente es una pesadilla, sobre lo frustante que resulta comunicarse con sus alumnos. Confluyen, creo, por un lado las motivaciones distintas que tienen Edu y sus alumnos, y por otro lo ajeno que les resulta a estos los contenidos que Edu intenta enseñarles.
¿Para qué sirve saber qué es un adjetivo, o quién fue Robespierre o qué es un Logaritmo neperiano?
Otra vez pará qué estudiamos. Otra vez los contenidos. Si el objetivo de la educación es la inserción en el mundo laboral parece complicado convencer a un alumno de la necesida de saber Latín, cuando es una lengua muerta. El problema llega cuando definimos las habilidades para desempeñar un trabajo y nos damos cuenta de que casi nunca coinciden con los contenidos aprendidos en clase. El problema de fondo, no obstante, recae en qué tipo de trabajadores nos ha asignado previamente el sistema educativo. En SEK-Catalunya se está formando en el liderazgo y los criterios de selección de los alumnos responden a aquellos con mejores habilidades, calificaciones, capacidades, creando una escuela elitista y sesgada en la que es posible aplicar métodos innovadores si excluimos a aquellos alumnos en los que ahora mismos estamos pensando todos. Ese es el éxito de SEK-Catalunya el sesgo en la selección de alumnos y no tanto en los métodos aplicados.
Qué pasa con el resto de alumnos, los de peor nivel, los de peores calificaciones, los de menos habilidades. Estos asumen perfectamente que su lugar en el ámbito laboral es el de los trabajos menos cualificados y peor remunerados, salvo un golpe de suerte, tremenda falacia del capitalismo al vender la igualdad de oportunidades, sus vidas ya están condicionadas.
¿Estoy diciendo que no sirve de nada estudiar fuera de un colegio elitista? Por supuesto que no. Estoy diciendo que es un error plantear la educación como una forma de integrarse en el mercado laboral.
Entonces, para qué estudiamos? Me reservo para la siguiente entrada que esta ya es muy larga.
Pero tal vez haya que empezar por cómo estudiamos?

Mira, para que pensemos un ratito



(Continuará)

5 comentarios:

Esperancia Aguaier dijo...

Hola, soy Esperancia Aguaier, soy lectora asidua de este blog, lo juro por Ruiz Garrafón que es lo que más quiero en el mundo. Siento disentir. Lo que este país necesita es una élite de superniños educados en escuelas con calefacción central y crucifijo frontal que, habiendo recibido la debida instrucción, pueda continuar con la labor de sometimiento del populacho que con tanto denuedo hemos venido desempeñando desde hace siglos.
Esta instrucción debe ser impartida con todos los recursos humanos y materiales posibles sin perjuicio de que sean sustraidos de aquellas instituciones públicas que más los necesitan. Además me llena de orgullo y satisfacción poder instruir a nuestras juventudes con las técnicas educativas más avanzadas cuya naturaleza por supuesto desconozco y que funcionan sólo en reducidos grupos de superprivilegiados.
Gracias y un saludo.

Mark Aguaier dijo...

Hola soy Mark Aguaier, hijo primerizo B escalera izquierda de Esperancia. Debido a haber nacido negro por un antojo de mi madre, fui desterrado junto con otros inmigrantes drogados al nuevo continente, sucesor de Sepu. Allí florecí, me podaron y en el instituto destaqué como jugador de baloncesto y como florero en las fiestas de fin de curso. Pasé a la universidad, no estudié y me gradué en no me acuerdo bien qué. Como era alto jugué en la NBA, donde gané un anillo de oro con los Pistons de Detroit, pero me engañaron, el anillo no valía ni veinte dólares. Pero eso es otra historia. Quiero desmarcarme absolutamente de las palabras de mi madre y decir que si bien el Estado debe procurar conducir laboralmente a los estudiantes por los rieles de la educación, ésta tampoco tiene por qué ser un fin laboral en si mismo, sino un medio para ser. Como bien indica el "Principio de Peter" inventado por John, en cualquier empresa, entidad u organización las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad una y otra vez, hasta que alcanzan su mayor nivel de incompetencia. Ejemplo: mi madre. Debido a su astucia y espíritu gregario pudo ir escalando en el organigrama de su institución sin tener las aptitudes necesarias para los puestos que iba desempeñando. Cumplía bien con lo que se ordenaba, ello bastaba. Ahora es la jefa suprema y hace gala de su ineptitud por doquier. Lo que nos lleva a que las aptitudes necesarias para desempeñar cargos de responsabilidad no vienen en el programa educativo de tal o cual carrera, pero sí que pueden ser adquiridas en un ciclo formativo completo. No sé si me he explicado bien, es que yo sólo sé jugar al baloncesto. Actualmente tranajo de jardinero en la White House, debido a que me tomé muy en serio el eslogan aquel de Obama: "podemos".
Gracias y un saludo a los mexicanos de España.

J. Oliva dijo...

Todo un honor que la familia Aguaier participe en A veces llueve. Por supuesto no comparto más que el genial sentido del humor de Ricky.
Mamá Aguaier es fiel exponente de cómo un sistema educativo elitista forma excelentes profesionales no siempre con fines loables. Mientras que su hijo responde a que, en ocasiones, el sistema elitista también falla por más que se empeñen los padres, aún así el vástago tiene una carrera universitaria y un puesto ejecutivo de renombre (Anda! Como George Walker Bush, ahora que caigo)lo que implica que la educación no está resolviendo, de momento, el problema de la desigualdad social.

Joaquín dijo...

Buenas tardes, Sr, Oliva.

He leído su entrada enlazada desde el twitter de la Institución SEK. Soy padre de un alumno del SEK en Madrid. Estoy de acuerdo en prácticamente todo lo que mantiene, pero me gustaría hacer alguna puntualización sobre la motivación de por qué mi hijo asiste a este centro educativo y, por qué, somos conscientes del enorme privilegio que nos asiste. Esta matización la haré con una referencia a otro bloguero al que sigo y con el que me siento enormemente identificado, Josep Maria Lozano. Le envío el enlace con una reflexión que puede arrojar luz sobre algunas motivaciones que nada tienen que ver con la autosegmentación por castas. Un cordial saludo. http://www.josepmlozano.cat/Bloc0/PersonaEmpresaySociedad/tabid/218/EntryId/1065/Humanidades-en-las-escuelas-de-negocios.aspx
Atentamente, Joaquín Rivero

J. Oliva dijo...

Muchas gracias por su comentario, Joaquín. Considero amigos a quienes visitan A veces llueve, así que me permito suprimir el formalismo, ok? (Además no soy un señor, te lo aseguro)
Gracias también por el enlace que me ha parecido muy ilustrativo. Me alegro de que coincidamos en el planteamiento general del para qué estudiamos. Los métodos de SEK Catalunya me parecen muy innovadores e interesantes, supongo que en Madrid serán los mismos o muy parecidos. Si aludo a ellos es porque yo en la escuela pública no los puedo aplicar, o no se me ocurre cómo, debido sobre todo a la heterogeneidad de mis alumnos. Creo que SEK hace trampa, con todas las comillas del mundo, entiéndeme, al presentarse como modelo educativo si este está restringido a un grupo de alumnos muy homogéneo y preseleccionado. Entiendo que la educación debe ser un servicio público en el que todos tengan cabida por eso no comparto que SEK sólo admita, con los criterios que sean, a unos pocos. La educación pública debe ser una educación de calidad y la innovación entra dentro de esa categoría de calidad, el problema es que yo tengo alumnos que no quieren estar en clase, desmotivados, apáticos, sin perspectivas de futuro, y no consigo engancharles tampoco con métodos alternativos.
Espero que tu hijo aproveche esta trascendental etapa por la que está atravesando y que comprenda que la educación es un bien en sí mismo.
Pásate por aquí siempre que quieras, y comenta siempre que te apetezca.