No sé, ahora que soy padre se me ocurre pensar en un montón de cosas en las que nunca habría pensado, por ejemplo: los Reyes, no, no me refiero a mi tradicional alergia a los sistemas monárquicos (aprovecho para decir que El Rey no me gusta, como apuntaría Ricky) sino a la festividad que cada seis de enero etc. El caso es que viendo las imágenes de cada telediario en las que unos padres horribles obligan a sus hijos a asistir, ateridos de frío, a una no menos horripilante manifestación de música estridente y colores chillones que llaman Cabalgata de Reyes, argumentando que es
por la ilusión que les hace a los niños, a todo esto los niños salen enfundados en guantes y bufandas que apenas les permiten ver nada, se me ocurre, entonces, que esto de Los Reyes, no sé, es bastante triste. Quiero decir, la idea que les transmitimos a nuestros hijos es que en un día señalado, es fiesta, no hay cole, hay roscón, en fin, lo que es un día señalado, tres tipos completamente desconocidos, que vienen de muy lejos, de los que no sabemos absolutamente nada, les van a regalar un montón de cosas por ser unos niños estupendos. No sé pero desde el punto de vista del niño la idea es evidente: qué mierda de padres tengo que los regalos me los tienen que hacer estos señores de Oriente (que debe ser una sucursal de El Corte Inglés en Cosalda o algo) No sería mejor, se me ocurre, decirles a nuestros hijos que somos nosotros quienes les hacemos los regalos porque les queremos un montón, que no se preocupen, que no estén a expensas de unos desconocidos, es más que NI SE LES OCURRA ACEPTAR REGALOS DE DESCONOCIDOS, que ya están sus padres, sus familiares, sus amigos, para hacerles regalos. No sé, a mí me resulta más lógico, no?
Por ejemplo, ayer Eduardo le regaló a Nicolás su primer libro, éste
me da que con la maliciosa idea de que Nicolás compare entre el original y la copia pero, en fin. Todos firmaron el libro, Edu, Olga, Juan, Guillermo, que también se pasó, sin cámara, con lo que no hay momento escritoenlapared, para dedicarle unas palabras, y no creo que sea de recibo contarle a Nicolás historias falsas sobre el origen del regalo, no?
esta fue la reacción de Nicolás al recibir el regalo
Pero seguro que en un futuro próximo le entusiasma, tanto como me encantó a mí el libro, y los cafés, y la conversación
3 comentarios:
Me temo que Nicolás tiene cara de que le empezaste a leer el libro y le soltaste una teórica sobre cortazismo y tú ya sabes, siempre que viene el tiempo fresco, o sea al medio del otonio, a mí me da la loca de pensar ideas de tipo eséntrico y esótico, como ser por egenplo que me gustaría venirme golondrina para agarrar y volar a los paíx adonde haiga calor...
...o ser hormiga para meterme bien adentro de una curva... qué grande César Bruto.
Algún día le leeré "Eneas en Autobús", tío listo, y veremos qué cara pone...
Para entender el Chiste: "Eneas en Autobús" es un cuento reputadísimo y premiadísimo escrito por Eduardo en sus años mozos...
¿Chiste? ¿Dónde está el chiste?...
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