miércoles, 23 de noviembre de 2011




La crisis estalla con una bufanda que mamá se empeña en apretar y subir hasta la boca porque hace frío y para colmo las manoplas y yo que no puedo contener la risa viéndole así, embutido, lo que le enfada aún más si mamá también se ríe y se quita una de las manoplas porque quiere coger el cerdito de peluche y haz lo que quieras dice mamá dándole la espalda a lo que responde ofreciéndole el cerdito mientras me busca con la mirada, no vaya a ser que mamá se haya enfadado de verdad, y le saco la lengua momento de debilidad que mamá aprovecha, como sólo las madres, para colocarle de nuevo la bufanda y vuelta de nuevo aunque esta vez gana el otoño y menos mal que hoy no hay cole porque ya habríamos llegado tardísimo, y si no hay cole para qué abrigarse tanto, pregunto casi tan ingenuamente como lo haría él, que bastante tiene, a lo que mamá responde amenazándome con la manopla izquierda que ya vuela una vez más al suelo donde no sólo el cerdito sino Bob Esponja y las aventuras de Noddy, una vaca de plástico, el resto de la granja repartido estratégicamente y Mickey Mouse a la hora de Los Desayunos que casi relaciono con la victoria electoral más que con el dvd girando a la misma velocidad con la que Nicolás corre hacia su habitación riendo a gritos perseguido por mamá, la bufanda y todos esos brazos, que luego son abrazos, que Mari guarda para momentos como éste y que siempre terminan con una mirada de horror a la casa tan maravillosamente desordenada que tenemos desde que Nicolás y un poco también desde que nosotros porque en la escalera ya estamos provocando un nuevo juego y en la calle la crisis se cierra cuando, definitivamente, la bufanda se desprende de su cuello y más gritos y más carreras y hojas por el suelo y encontramos una flor despistada que todavía a finales de noviembre, aunque se rompe en poquitos cuando mamá la deja en su mano y me pregunto si sabría llorar como se llora cuando se rompen las flores, como llora Nicolás mientras le subo hasta mi hombro.



Ya pasó, le digo muy despacio al oído.






1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo qué mayor está! Da miedo.

...El Tiempo quiero decir, no el niño, ejem...

S.