lunes, 21 de junio de 2010

Giras de espalda al espejo

y el mundo gira contigo,

en torno a un piano que suena en alguna parte,

y a mamá

que cuenta dos, tres, cuatro.

Saludas a una enorme incial mayúscula,

que ahora debe ser una casa o un árbol,

en mitad de la pantalla de televisión

y reparte fruta de papel charol insistiendo en que haya para todos,

mientras ríe una niña trompeta que se lleva a la boca

el mar dentro de un rotulador verde.

Han colgado banderas de colores

desde el cielo hasta el infinito de la pared del fondo

como si fuera fiesta.

O tal vez lo sea y yo sin saberlo.

El piano se acaba.

Me descubres junto a la puerta.

Y agitas las manos y me dedicas una sonrisa

y me pongo a llorar cuando me tiendes los brazos

porque soy así de tonto.



No hay comentarios: